Autor: Hanoch Levin
Prólogo: Peter Gadish
El mundo de Hanoch Levin es extremadamente personal. Parece que los personajes de sus obras persiguen la marginación y parece incluso que luchen por sostener la manta de la alienación cerca; como si pelearan por el derecho a sujetarla y arroparse con ella. Sus personajes encuentran en la capitulación, ante las injusticias de la vida, el anhelado descanso de tanto ardor interior y de las insoportables ansias de vivir. Todos ellos individuos anónimos, que son, a fin de cuentas, los personajes que Hanoch conoció creciendo en el sur de Tel Aviv. Todas estas caricaturas de personas no son más que el vecindario de Hanoch Levin, el vecindario universal del que forma parte, representantes de esa raza imperfecta, dada a la mezquindad y al amor, a la que Hanoch Levin pertence, la especie humana.