Escenas do Cambio 21. Teatro Praga. Escenas en Danza. Sleepwalk Collective & Christopher Brett Bailey

Los cambios casi nunca son cosa de un día. En muchos casos son el resultado de una crisis o de un cuestionamiento, por eso requieren también una cierta maduración. Aplicado esto a las artes escénicas, no podemos quedarnos en la idea de lo experimental. Lo experimental forma parte de la naturaleza de algunos procesos de creación. Pero el cambio va a venir dado cuando la experiencia, más que lo experimental, certifica que algo diferente ha pasado.

 

Continúo intentando analizar, sintéticamente, las piezas a las que he asistido en la última edición del Festival Escenas do Cambio 2021, de la Cidade da Cultura. En ellas podría constatarse, en ciertos aspectos, de un modo o de otro, que algo diferente ha pasado.

Antes de Teatro Praga

(Salón Teatro del Centro Dramático Galego. Domingo, 23 de mayo de 2021)

Entre el teatro y la performance, el propio dramaturgo, actor y director, Pedro Penim, nos lee su texto. Como en un ejercicio de ventrílocuo, reproduce, de manera lúdica, las dos voces de un diálogo entre un tiranosaurio rex y un psicoanalista posmoderno.

La pieza ironiza y hace humor respecto a la melancolía, la nostalgia y esa idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Por tanto, se trata de deconstruir la perspectiva adulta, o, mejor dicho, de las personas de una cierta edad, porque con veinte o treinta años puede resultar menos usual esa melancolía o la añoranza de tiempos pasados. Aunque la fantasía también nos puede llevar a anhelar otras épocas mitificadas que no hemos vivido.

La propuesta es tan aparentemente sencilla y anti-grandilocuente, como divertida, sorprendente y eficaz.

Pedro Penim está sentado en el centro, delante de su ordenador portátil y de un micrófono en el que hace, casi como en una parodia, las dos voces. A ambos lados, delante de él, Bernardo de Lacerda y Vítor Silva Costa, actúan, sin hablar, al tiranosaurio rex (que es un traje hinchable dentro del que va uno de los actores) y al psicoanalista posmoderno, como en una película de cine mudo, solo modulando sus actitudes y posiciones, con muy pocos desplazamientos.

Disfrutamos mucho con esa ironía y con el humor desmitificadores de las idealizaciones históricas, nacionales o personales.

Antes viene a ser como aquellos sonetos en los que Shakespeare nos invita a disfrutar del presente sin anclas.

 

ESCENAS EN DANZA con Begoña Cuquejo, Nuria Sotelo, Kirenia Martínez, María Roja, Clara Ferrão y Paula Quintas.

(Diferentes espacios de la Cidade da Cultura. 23 de mayo de 2021)

Propuestas muy diversas de una pequeña selección de creadoras gallegas.

María Roja

Comenzamos con la performance, más conceptual, de María Roja, titulada Rastrexo en 570 pasos (Rastreo en 570 pasos). Bajamos a los túneles espectaculares que hay por debajo de la Cidade da Cultura, para encontrarnos a la performer objetualizada, girando encima de una peana, igual que una escultura que evoluciona lentamente, a través de gestos auto-adaptadores de sacudirse, introducir las manos en la boca… mientras escuchamos, en los auriculares, descripciones, primero sobre acciones y después sobre cómo ven a María Roja algunas personas.

Clara Ferrão Diz

También en los túneles de hormigón, Clara Ferrão nos ofreció un solo intenso de danza contemporánea, con profusión de saltos y caídas, movimientos rápidos y muy fluidos. Mucho suelo, en oposición a mucho vuelo y amplitud.

Comenzó moviéndose y contándonos su experiencia sobre las lesiones y las limitaciones, que el propio ejercicio de la danza implica, así como el afán de superación y convivencia con esos frenos. De esta manera, lo que nos contó y lo que bailó se convirtieron en un desafío, en concebir la danza como un acto artístico y humano de superación continua.

Nuria Sotelo

Nuria Sotelo aprovechó las excavaciones en la roca en las que se iba a construir el edificio del teatro que, finalmente, por los elevados costes, quedó sin realizar y ahora se ha convertido en una zona ajardinada de recreo en medio del complejo de la Cidade da Cultura. Desde una abertura en los túneles subterráneos pudimos ver a Nuria integrada en uno de los bancales de las excavaciones, como si hubiese caído del cielo y quedase allí estampada. Su resurrección acontece cuando, desde esa posición yaciente, toca una trompeta que hace eco en todo el recinto. El viento y su movimiento amplísimo, segmentado en diferentes partes del cuerpo, hará el resto. Un solo de danza-teatro, site-specific, con un halo mítico y salvaje. Nuria como diosa arcaica y contemporánea.

Begoña Cuquejo

Begoña Cuquejo, en la zona de carga y descarga de los sótanos del Museo, aprovechando la elevación de la dársena, a modo de escenario, y la rampa metálica, ejecutó dos frases coreográficas contrastantes. La primera a base de pasos y saltos pequeños, como los de una niña que danzase la rayuela, para ascender a la dársena. Ya allí, nos contó las líneas maestras de su proyecto, titulado Castro, de recuperación de la memoria, indagando en la historia oculta de su bisabuelo, que había sido alcalde de Ourense durante la República y que fue posteriormente fusilado. También sobre las mujeres silenciadas y represaliadas, recogiendo el testimonio de Luz Fandiño. La segunda frase coreográfica, descendiendo por la rampa metálica, resaltaba por los saltos y la percusión estruendosa.

Kirenia Martínez Acosta

De ahí subimos, por las escaleras, hasta una zona del Museo en la que la fachada de cristal y las columnas y soportes metálicos son, en si mimos, una obra de arte. Enredada entre esos elementos arquitectónicos, Kirenia Martínez nos representó una escena dramática en la que la danza y la bailarina son el sujeto protagonista, que luchan contra toda una serie de circunstancias adversas (antagonistas). El planteamiento de la situación era muy claro y explícito, ensayar y autodirigirse, utilizando la cámara del teléfono para grabar el trabajo, mientras la comida se hace en la olla eléctrica, el robot aspirador está funcionando y el teléfono suena, porque la madre, el hijo y el gestor necesitan hablar con la bailarina, coreógrafa, empresaria, hija, madre, etc. etc. ¿Y la danza? Pasión y profesión contra viento y marea. ¿Y la edad de la bailarina y las lesiones acumuladas en su cuerpo? Cuestiones que entran dentro de la historia que Kirenia nos (re)presenta y que también nos lanza, directamente, en forma de preguntas escritas detrás de postales que parecen radiografías de diferentes partes del cuerpo.

Paula Quintas

El último solo fue el de Paula Quintas, entre dos enormes alambres enganchados en las columnas metálicas. Su propuesta hibrida danza contemporánea, equilibrismo circense en el alambre y un juego musical. Los alambres son utilizados no solo para colgarse o caminar, sino también para dotarlos de una dimensión ficcional, como si fuesen dos cuerdas de un instrumento musical gigante, que son pulsadas por diferentes partes del cuerpo de la bailarina, según el movimiento y las figuras que realiza. La música resultante tiene una dimensión tan hipnótica como la concentración que suscitan los movimientos de equilibrio de Paula.

Piezas breves e intensas que nos interpelan, desde los túneles subterráneos y las excavaciones del Gaiás, hasta los pilares y columnas de este emblemático edificio. Como si la danza quisiese enredarse y prender en los fundamentos de ese lugar llamado “ciudad de la cultura”.

 

Psychodrama de Sleepwalk Collective y Christopher Brett Bailey

(Caja negra instalada en la Sala 1 del Museo Centro Gaiás. 23 de mayo de 2021)

Este fue el espectáculo que cerró el festival. Una especie de pieza radiofónica, en la que el trabajo con la voz y los universos sonoros resulta fundamental. Pero, al mismo tiempo, también televisiva, con una estética entre el pop y el comic.

Psychodrama nos propone una inmersión provocativa y sensual en el imaginario que nos constituye, a través de la voz y de las presencias embrujadoras de Iara Solano Arana y Christopher Brett Bailey, como dos presentadores de la tele. Para ello, cada espectadora y cada espectador estuvimos con auriculares, para escuchar con precisión y concentración, sin interferencias sonoras externas al juego.

Entre el humor y la psicodelia, el relato evoluciona por pasajes oníricos y de pesadilla, vapuleando la iconografía y los referentes culturales, como puede ser Walt Disney, que han condicionado y puesto las bases de nuestro imaginario.

Las acciones sonoras, ejecutadas en directo, el cuidado en la dicción y en el tratamiento del sonido, así como la estética fantástica, son como un bálsamo teatral, con momentos divertidos y momentos inquietantes.

Un Escenas do Cambio 2021 que dio cancha a la pasión y al arrebato, pero también a la reflexión y al cuestionamiento. Propuestas que, en ningún caso nos situaron ante lo ya sabido o ante lo ya visto. Propuestas inquietas, que denotan un trabajo profundo de investigación y búsqueda de lugares únicos desde los cuales conectar, con alegría y placer, con un público abierto y dispuesto, como suele ser el que acude a este tipo de festivales. Propuestas en las que se podía percibir a artistas que lo estaban dando todo, sin guardarse nada, sin reservas, en una apuesta absoluta.

¿Será que las restricciones y la pandemia han actuado como un ultimátum para el ahora o nunca y toca dar el salto?

Creo que todas las propuestas que acabo de intentar describir sintéticamente, cada una a su manera, implican eso: dar el salto.

 

P.S.- Algunos artículos relacionados:

“Escenas do Cambio 21. Útero Teatro. Matarile. Marc Caellas & Feune de Colombi”, publicado el 30 de mayo de 2021.

“Israel Galván baila un libro. La verdad escénica del baile flamenco y sus prodigios” (En Escenas do Cambio 2018), publicado el 9 de junio de 2018.

“Escenas do cambio 17 adelantando primaveras”, publicado el 4 de marzo de 2017.

“Tradición y Escenas del cambio”, publicado el 27 de febrero de 2016.

“El cambio a escena”, publicado el 27 de febrero de 2015.

“Memoria y cambio en escena”, publicado el 10 de marzo de 2015.