El Chivato

Gemma Cuervo, Premio Max de Honor 2021

El Comité Organizador de los Premios Max de las Artes Escénicas ha dado a conocer el Premio Max de Honor 2021, que ha sido otorgado por el Colegio de Gran Derecho de la SGAE y unanimidad a la actriz Gemma Cuervo por todo su desempeño en el campo de las artes escénicas. El comité, que ha resaltado su vasta trayectoria como intérprete y la ha reconocido como figura pionera, también quiere destacar su labor como empresaria del teatro español y su compromiso con el repertorio teatral.

 

La intérprete catalana recibirá el galardón el 4 de octubre en el Teatro Arriaga de Bilbao durante la ceremonia de entrega de la XXIV edición de los Premios Max de las Artes Escénicas que organiza la Fundación SGAE con la colaboración del Ayuntamiento de Bilbao, el Teatro Arriaga de Bilbao y el INAEM. La ceremonia será retransmitida por RTVE. Tras conocer la noticia, la actriz ha declarado recibir el premio de forma inesperada. «Es lo máximo de mi vida en este momento. Ha sido una noticia gratísima y me ha devuelto a la niñez con tanta alegría».

Gemma Cuervo nació en Barcelona en 1934. El Premio Max de Honor se suma a una serie de reconocimientos entre los que destacan el Premio Nacional de Teatro (1965) y la Medalla de Plata de la Comunidad de Madrid (2018), entre muchos otros. Actriz de teatro, cine, radio y televisión e imagen reconocida del mítico programa dramático de Televisión Española Estudio 1, Cuervo también destacó en la faceta empresarial fundando junto a su marido, Fernando Guillén, su propia compañía de teatro en 1969. Tiempos convulsos para unas artes que habían de enfrentarse a la censura de la época y, especialmente, para la mujer, logrando también situarse como madre y empresaria. «He trabajado muchísimo durante toda mi vida, por suerte con papeles de gran calidad. Si hacía falta trabajar noche y día, lo hacía. Y sin olvidarme jamás de mis tres hijos y mi marido, pero mi trabajo era muy importante para mí. Es un placer sin límites trabajar en el teatro», declara.

Sin embargo, ella, que siempre fue actriz de raza y polifacética, reconoce que jamás tuvo problemas sobre los escenarios por su condición de mujer: «Siempre hemos tenido un camino más difícil que recorrer», recuerda «pero creo que me veían tan fuerte que no se atrevieron nunca a decirme nada». Pese a ello, lo tiene claro y entre sus mayores éxitos el haber podido trabajar siempre desde el respeto. Fundadora junto a su marido de la compañía Gemma Cuervo – Fernando Guillén en 1969, aprendió a sortear también los golpes de la censura. «La censura tenía poco trabajo con nosotros, trabajamos siempre los textos con naturalidad y estábamos muy pendientes de no molestar, así era más agradable para los dos lados». Su primera obra fue ‘El malentendido’ de Albert Camus, dirigida por Adolfo Marsillach; desde entonces no pararon de trabajar en la producción de obras de artistas como Sartre, Ana Diosdado, William Shakespeare o Edward Albee, lo que le valió al clan Guillén-Cuervo el apodo cariñoso de «los Burton españoles».

Figura pionera del teatro español, Gemma Cuervo ha trabajado a lo largo de más de 60 años de carrera en más de un centenar de obras de teatro, una treintena de series de televisión y más de 60 películas. Junto a ella, le han acompañado tanto encima como detrás del escenario figuras tan destacadas como Adolfo Marsillach (ganador de este mismo reconocimiento en el año 2000), quien le ofreció su primer papel profesional en 1960 con ‘Harvey’, o Fernando Fernán Gómez, que también la dirigió en ‘El mundo sigue’, película maldita en su momento y hoy considerada como una de las cumbres del cine español de todos los tiempos. «Ha sido una bendición trabajar con los mejores actores de una generación, sobre todo porque no había que tirar de ellos, sabían lo que hacían», se confiesa agradecida. «Los actores somos un espécimen raro pero adorable, damos la vida por nuestra profesión, por ser queridos, atendidos y cuidados. Vivimos para estar en el escenario y éramos profesionales y amantes de nuestra profesión por encima de todo. Es maravilloso y casi nunca me he atrevido a rechazar un papel porque es una bendición del cielo que se acuerden de ti».

Entre sus obras destacan: ‘Los siete infantes de Lara’ y ‘El castigo sin venganza’ de Lope de Vega, ‘Águila de blasón’ de Valle-Inclán, ‘Los hijos de Kennedy’ de Robert Patrick, ‘Bodas de sangre’ de Federico García Lorca o ‘La Celestina’ de Fernando de Rojas, entre muchas otras. Incapaz de destacar un personaje de todo su bagaje («todos los trabajos que he hecho los he amado profundamente», declara), sí reconoce que subirse a las tablas es lo que más la ha llenado: «El teatro es un maestro del día a día y una cura para el alma», sentencia.

Rostro popular de una época, Gemma Cuervo ha conseguido enamorar también a toda una nueva generación de espectadores. Papeles en la televisión como Vicenta, entrañable jubilada de Aquí no hay quien viva (Antena 3), a quien recuerda con gran cariño como una «enamorada del amor», la han conectado con los más jóvenes.

Sin embargo, es el calor del público sobre las tablas lo que más le reconforta. «Actuar supone una ruptura con la vida cotidiana. Es maravilloso despertarse y saber que voy a ver al público, sin ellos no hay fuerza en el escenario… ese público que notas que te quiere y que está a favor de tu obra, por muy difíciles que sean».

‘Estudio 1’

Su amplio registro la ha convertido en una figura icónica de las artes escénicas, sin embargo, en la década de los 60 su rostro entraba cada noche en las casa de los españoles en los espacios dramáticos de la televisión pública, como Estudio 1 o Gran Teatro. «Recuerdo maravillas de esta época. Las Brujas de Salem, los «Tenorios» de mi marido… y fue magnífico», comenta con nostalgia. Entre sus papeles más destacados se cuentan ‘La importancia de llamarse Ernesto’ de Oscar Wilde o ‘El castillo’ de Franz Kafka. Un espacio que se mantuvo durante dos décadas en pantalla de forma casi ininterrumpida y que destacó por la gran calidad de sus obras. Junto a Gemma Cuervo, también formaron parte del elenco de Estudio 1 actrices de la talla de Concha Velasco, Lola Herrera o Rosa María Sardá.

Cine

Amante de cualquier manifestación del arte, tal y como se declara, además del teatro y el radioteatro ha completado su trayectoria profesional con la televisión y el séptimo arte. Si bien su filmografía es menos nutrida que la teatral, cabe recordar su debut en la gran pantalla en 1955 con ‘La vida es maravillosa’ de Pedro Lazaga y otros títulos como ‘Historia de una chica sola (Cántico)’ de Jorge Grau, ‘Best-seller: el premio’ de Carlos Pérez Ferre o ‘El mundo sigue’ de Fernán Gómez. Interviene en series televisivas como Médico de familia (1995/99), Aquí no hay quien viva (2003/2006) y La que se avecina (2007/10).

Reconocimientos

Cuervo recibió el Premio Nacional de Teatro 1965 a la mejor actriz. Entre sus reconocimientos se encuentran: el Premio Ondas (1967), la Medalla de Oro de Valladolid (1968) por su interpretación en ‘A puerta cerrada’, el Premio Nacional de Teatro de la temporada 1971-72 «a la mejor campaña realizada por compañías profesionales de carácter empresarial» a la Compañía Gemma Cuervo-Fernando Guillén por ‘Los secuestrados de Altona’ y ‘La vida en un hilo’ de Edgar Neville, el Premio José Zorrilla (de los Premios de Teatro Valladolid) a la Compañía Gemma Cuervo-Fernando Guillén como mejor empresa teatral de la temporada 1972-73, el Premio Júbilo (2005), el Premio Ercilla (2011), la Medalla de Plata de la Comunidad de Madrid (2018), el Premio Actúa (2018) y el Premio de la Federación Española de Teatro Universitario (2020).


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