De… y otras hierbas
Si me estuviese refiriendo a esa hierba que da risa, quizás sería recomendable sentarnos, relajarnos, y prepararnos para leer una larga y pausada exposición de los aspectos tanto positivos como negativos de su consumo. De las ventajas o perjuicios producto de su consumo para aliviar dolores, soportar situaciones límite, o simplemente recreacional, mucho se podría discutir, sin jamás llegar a estar en completo acuerdo, pero así somos nosotros los seres humanos, absolutamente contradictorios en nuestro actuar.
En el campo, esta expresión es más bien una invitación al diálogo distendido sobre cualquier tema, pudiendo ser estos de cierta trascendencia o simplemente inocuos, con el único objetivo de socializar un rato y divagar sin rumbo.
Por estas latitudes del planeta, y sobre todo en la Patagonia tanto chilena como argentina, esas conversaciones suelen acompañarse de un mate, sobre todo si hace frío, o sea, casi siempre. Un recipiente que puede ir de una sencillez monástica hasta una elaborada confección, con hierba mate en su interior, algo así como hojas de té, aunque de un color café y más molidas, idealmente con trozos de palitos y agua caliente, más bien hirviendo, claro que los uruguayos también lo toman con agua fría, el tereré, al cual incluso le agregan hielo.
Existen quienes lo toman con azúcar, con leche, con un poco de malicia, entiéndase alcohol, con cascaras de naranja… aunque el clásico es solo con agua para sentir el amargor del líquido ingerido. Se bebe muy caliente, con una pajilla de acero que obviamente quema los labios de quien no tenga la técnica adecuada para succionar.
El mate es sobre todo una bebida social que se ofrece a quien se estime o se considere como un posible futuro amigo, por lo que se utiliza el mismo recipiente y por supuesto la misma bombilla. Una vez ofrecido, es prácticamente una ofensa el no aceptarlo. Es algo así como la costumbre ampliamente difundida de dar la mano derecha como símbolo de no agresión al no llevar ninguna arma agresora.
¿Asqueroso eso de utilizar la misma bombilla? Quien no entienda el trasfondo de esta costumbre tan arraigada en nuestro sur, puede ser, aunque una vez vivida la experiencia, la perspectiva cambia absolutamente. Dadas las actuales medidas higiénicas obligadas por la pandemia, este hábito está en receso, aunque de seguro volverá en gloria y majestad, por ser una muestra de sincero afecto bi direccional entre quien lo ofrece y quien lo acepta. Mal que mal, no cualquiera bebe de la copa de otro o come del mismo plato, pero el mate es una elogiable excepción.
Es una invitación a compartir no solo el líquido hirviendo, sino que una buena conversación sobre cualquier tema de mutuo interés, o simplemente conversar sobre todo y nada a la vez.
Así como una guitarra puede animar cualquier velada en torno a una fogata, un buen mate invita a una conversación relajada sin ínfulas de trascendencia. Es compartir en su expresión más pura, honesta y sincera.
Cuando se habla de…y otras hierbas, en los puntos se puede poner cualquier tema que se prefiera.
Se me ocurre la loca idea de que muchos de los personajes actuales regentes de los destinos del planeta, podrían sentarse a compartir un buen mate compartido para hablar de… y otras hierbas.