Atalaya versiona ‘El avaro’ de Molière
La compañía sevillana Atalaya presenta su versión de ‘El avaro’ de Molière, una obra adaptada y dirigida por Ricardo Iniesta que se estrenará del 14 al 16 de enero en el Teatro Calderón de Valladolid.
Atalaya lleva a cabo por primera vez una propuesta sobre un texto del dramaturgo francés en el año en que se cumplen 400 años de su nacimiento. Ricardo Iniesta propone una adaptación manteniendo la médula espinal del texto pero eliminando las partes que peor han envejecido o que resultan más costumbristas e introduciendo algunos elementos del ingenioso guion que Tonino Cervi y Alberto Sordi crearon para una recreación cinematográfica de la obra hace tres décadas. Así, se han variado los nombres de algunos personajes para dotarlos de mayor actualidad, y la imagen final de Harpagón es un guiño muy claro hacia una figura de nuestro tiempo muy particular. Y es que en la obra, según explican desde la compañía, “se percibe el maltrato que Harpagón propina a sus criados y su exacerbado sexismo”.
Con ocho intérpretes en escena, Atalaya representa nuevamente un espectáculo en clave de musical tras crear montajes como ‘La ópera de tres centavos’ de Brecht y ‘Marat/Sade’ de Peter Weiss. Y una vez más, Carmen Gallardo está al frente de un elenco que reúne a Selu Fernández, María Sanz, Enmanuel García, Garazi Aldasoro, Silvia Garzón, Raúl Vera y Lidia Mauduit. Entre todos interpretarán una veintena de temas en directo y estarán presentes a lo largo de toda la representación en modo coral, para desdoblarse en escena y encarnar a una veintena de personajes. Las coreografías de Juana Casado le imprimirán un ritmo cambiante al montaje: a veces trepidante, a veces en clave más onírica y otras en un código burlón.
La idea escenográfica girará en torno a las puertas; puertas que provocan sonidos inquietantes o estruendosos, a veces rítmicos… Puertas por las que mirar por la cerradura, puertas cerradas bajo numerosos cerrojos, puertas que conforman un laberinto, el zulo donde Harpagón guarda su tesoro, los diferentes ámbitos de la obra, un muro, un burdel, las diferentes dependencias de la casa de Harpagón o del prestamista… Puertas por las que aparecen y desaparecen misteriosamente los personajes.
“El avaro muestra el lado más mezquino y egoísta del ser humano, donde se lleva al extremo los problemas generados por el dinero y el poder, lo que resulta, lamentablemente de notable actualidad”, finalizan desde la compañía.