Una variada programación teatral argentina que ofrece diferentes lenguajes, colectivos y formas de experimentar el arte escénico.
Llega a Madrid la VII edición del Ciclo de Teatro Argentino, que tendrá lugar durante el mes de febrero en El Umbral de Primavera. Abrirá la cita los días 4, 5 y 6 ‘Adela (Women’s white long sleeve sport shirts)‘, escrita por Daniel Veronese y dirigida por Jorge Sánchez, quienes ofrecerán un coloquio al término de la primera función del viernes. Esta producción de La cantera exploraciones teatrales tiene como protagonista a una mujer que, acusada de cometer un crimen, recorre su pasado relatando sus argumentos de defensa. En paralelo, los mismos días, Lourdes Hijano Sol y Fabián Díaz se ponen al frente de ‘Arizona mi amor‘, una comedia romántica que despega con una simple afirmación entre una pareja en un restaurante argentino de Madrid: «Hay que separarnos».
El fin de semana del 11, 12 y 13, lo ocupan las obras ‘Seré tu madre tranquila‘, ópera prima de Ariel Gurevich, e ‘Impalpable‘, de la compañía Sambuseck. La primera propuesta es un ensayo sobre el mundo que rodea a una madre y a un hijo, quienes recorren un elenco de personajes femeninos a través de objetos, poemas y canciones para unir sus dos mundos. La segunda pieza es un espectáculo inspirado en el universo del escritor Manuel Puig, en el que tres mujeres conviven en la ficción para huir de la realidad que les aprisiona, rodeadas del paisaje de un pueblo argentino en los años 50.
Con ‘El nombre de las moscas‘ de Dan Nuñez, la compañía Xplora estará presente el 18, 19 y 20. Serán tres días para conocer de cerca a Daniel Armando Nuñez, preso político de la dictadura de Argentina. Este drama social está basado en hechos reales que recuperan memorias, vivencias, sueños y deseos de un objetor de conciencia argentino privado de su libertad.
Como colofón, esta edición del ciclo ofrecerá una obra de Uruguay. Se trata de ‘Dibujitos desanimados‘ de Alejandro Ocón y la producción de la Institución teatral La Gaviota. Los días 25, 26 y 27 se convertirán en un parque de atracciones decadente, una especie de Disney World tercermundista en la que los personajes de los dibujitos más famosos esperan para entretener al público.
