Estrenos

Mario Gas dirige ‘Los secuestradores del lago Chiemsee’ de Alberto Iglesias

Los Teatros del Canal acogen el estreno de esta comedia negra con sabor a venganza.

Hacia el año 2010 cuatro jubilados alemanes de entre 61 y 80 años fueron hallados culpables de secuestrar a su asesor financiero, al que señalan como el individuo que les aconsejó realizar inversiones millonarias en Estados Unidos que resultaron un fracaso. Este hecho fue el que inspiró al dramaturgo Alberto Iglesias para escribir y dar forma a ‘Los secuestradores del lago Chiemsee‘, pieza que llega de la mano de Barco Pirata Producciones en coproducción con los Teatros del Canal y Producciones Rokamboleskas y que se estrenará del 17 de febrero al 6 de marzo en el mencionado espacio madrileño.

Tal y como señala Alberto Iglesias en sus apuntes sobre el texto, en los últimos años de la primera década del 2000 se vivió en España una recesión económica muy severa y la justicia, lejos de amparar a los necesitados, se posicionó al lado de los poderes económicos. Iglesias sentía la necesidad de abordar el tema pero no daba con la idea y forma adecuada hasta que por casualidad llegó a sus manos la noticia de los cuatro jubilados secuestradores. Mario Gas, por su parte, se ha encargado de la dirección de esta obra que aspira a ser un divertimento con cierto poso amargo.

Gloria Muñoz, Vicky Peña, Helio Pedregal, Manuel Galiana, Juan Calot y el propio Alberto Iglesias se transforman en los personajes de esta historia llena de matices donde los sueños rotos, el paso del tiempo, la memoria dañada, el amor, los secretos, el humor, la amistad… se irán intercalando en las escenas. Y es que, como bien indica su autor: “Todo lo ahorrado fue invertido y todo lo invertido se perdió en el vertedero del mercado. Han pateado sus sueños. Un robo amparado en la crisis del mercado. Denuncian. La justicia les da la espalda. Su asesor fiscal se desentiende. Pero ellos no están dispuestos a quedarse con los brazos cruzados. Plantean un secuestro. Quieren recuperar lo que es suyo. No son más que unos aficionados. Pero saben que la tortura es un poderoso argumento. Y que la violencia ha venido funcionando a lo largo de la historia. Tienen tiempo y un plan para recuperar lo perdido. Tienen sopa caliente y el zulo preparado…”.


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