Actor presidente
El actual presidente de Ucrania, Volodímyr Zelensky era actor en su otra vida, antes de ser presidente, antes de convertirse sin proponérselo en jefe de guerra con un valor que sorprende a todos. Actor y político, es una tentación que existe desde la antigüedad, pero en este siglo en el que se desmoronan los partidos tradicionales, se han abierto las posibilidades para los outsiders entre ellos los comediantes.
Encontramos el fenómeno en Italia con el Movimiento 5 Estrellas en donde su creador, el cómico Beppe Grillo, se convierte en un influyente personaje político sin aceptar nunca ningún puesto en el gobierno y sin presentarse a ninguna elección. Este movimiento marcó la vida política de Italia entre 2010-2020, con altas y muchas bajas, pero finalmente ha sido una decepción por su incapacidad a gobernar grandes ciudades como Turín o Roma. Una especie de revancha de los políticos tradicionales.
En el siglo pasado un actor de regular talento, Ronald Regan se convirtió en el hombre más poderoso del mundo al ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Regan tuvo la virtud de ser un personaje gris con buena presencia, la misma que le dio trabajo en la industria cinematográfica. Y el inefable D Trump antes de desgobernar Estados Unidos fue una estrella de la televisión en donde de paso afinó su forma agresiva de comunicación.
En el caso de Volodílyr Zelensky la realidad alcanzó a la ficción cuando fue elegido presidente hace tres años gracias al voto popular. Antes había sido el personaje de una serie en donde un outsider llega a la presidencia de su país, calca de lo que ocurre ahora. Lo que quizá nunca imaginó el actor cómico era convertirse en el personaje de un drama total y terrible, en un aguerrido jefe militar.
Leemos en estos días de guerra esta evocación de Volodímyr Zelensky:
El bailarín de concurso de celebrities, el actor de comedia ligera, el productor de ficción, resultó ser el hombre más digno del mundo. El tipo que le sostuvo la mirada a Putin. Y esto: el valor, el honor, el sentido del deber, el compromiso, el liderazgo, ¿en qué universidad se aprende? Escribe Aurora Nacario-Brabo en la revista Letras Libres, y creo describe bien a Zelensky.
Hay un duelo fatal entre Putin y Zelensky, un duelo que se juega en el tablero de la historia, es decir en los espacios del destino. El agresor en su palacio, con sus trajes y su corbata de burócrata y sus cenas de gala, mientras que el agredido de pie en la calle con un desgastado rostro y un traje de combate común y corriente, presente en el campo de batalla al lado de sus soldados, sin acceder a abandonar su país. Zelensky respondió a la propuesta de Estados Unidos de ayudarlo a salir de Ucrania: Necesitamos armas no un taxi.
Me quedo en Kiev. En mi despacho. No me escondo y no le tengo miedo a nadie… (Ni siquiera a la muerte, me atrevo a añadir) Pero ésta ronda, mientras que el antagonista ruso se pavonea en su palacio como un pequeño zar.
Sin embargo, Putin ha cometido un error de principiante ante el presidente ucraniano, error consignado en cualquier manual de estrategia: Considerar pequeño a su enemigo. Zelensky el standupero, el que asume sin complejos danza, risa y travestismo, ha resultado un valiente opositor en el tablero de la historia. Para marcar su desdén Putin lanzó en una conferencia de prensa previa a la invasión un: te guste o no te guste vas a joderte chula en dirección del presidente ucraniano. Sorpresa tras sorpresa, el cómico-actor-presidente asume su papel histórico y contra los planes de Putin no abandona la escena, firme en su desafío cara a cara.
Nosotros somos espectadores de este drama total en el que mueren soldados, mujeres y niños, visionamos secuencias de horror y guerra, asistimos desde el confort de nuestras pantallas, pero ser espectadores no impide que pronto podamos entrar en escena, tal vez como víctimas. Las radiaciones atómicas no conocen fronteras y Putin va a utilizar todas sus piezas a su alcance antes de considerarse vencido. Y desde hace años, poco a poco, a la vista de todos Rusia ha aumentado su poderío militar y sus planes hegemónicos. Pobre pero armado hasta los dientes. Ucrania y Zelensky tal vez sean nuestra última trinchera antes de que las bombas lleguen a Londres, París, Madrid o Bruselas. Las menciono porque son capitales que han sufrido ataques terroristas, y que otra cosa sería un ataque nuclear ruso en contra de estas capitales.
Un duelo desigual, partida de ajedrez trucada, en donde el débil parece que va a sucumbir como héroe y el fuerte sueña con destruir al mundo si no lo conquista. El actor Zelensky sabe muy bien en qué terminara este drama, la máquina de guerra no se detiene y necesita víctimas, pero mientras dure agradecemos al cómico que salve la faz de occidente. ¡Gracias presidente Zelensky por tu sacrificio y entereza!
París, marzo de 2022