¿Cuál es el misterio?
No creo estar muy equivocado al afirmar que la industria armamentística mundial esta actualmente sobre estoqueada, y por eso se ha dado la proliferación de múltiples conflictos bélicos. Se hace indispensable darle uso a sus productos para que la maquina productiva de muerte siga funcionando.
Solo por curiosidad, quise averiguar cuanto vale una sola bala. Las variables a considerar son demasiadas; alcance, tamaño, poder de penetración… Sin ser demasiado exigentes, una de esas balas que fácilmente se pueden comprar en cualquier Walmart de Estados Unidos de Norteamérica, en la vitrina cercana al pasillo de la comida congelada, puede valer poco menos de un dólar. Una bala, un dólar, proyectil que no se si bien o mal utilizado, puede quitarle la vida a un enemigo.
Afortunadamente no me he visto forzado a participar de una guerra. Por poco me salvé en 1978, cuando la dictadura militar argentina, quiso enfrentarse con la dictadura militar chilena, por supuesto, para desviar la atención ciudadana de las problemáticas internas en ambos países. Incluso da para pensar que fue un show concertado por los generales al mando. Sin embargo, he visto más de alguna película, y una bala es ninguna, se disparan múltiples ráfagas, sin contar los proyectiles mas sofisticados como los misiles u otros.
En cualquier miserable enfrentamiento, uno de esos que ni siquiera tienen la suficiente importancia mediática como para aparecer en las noticias, se disparan decenas, cientos, miles de balas. Todas al contado porque a crédito el deudor podría no pagar.
Que buen negocio.
Que la política internacional, que las injusticias sociales, que las reivindicaciones de territorios, que la defensa de la democracia, que el expansionismo, que el no respeto de tratados internacionales, que bla, bla, bla… Algunos pueden creer en estas razones magistralmente esgrimidas por quienes enviarán a jóvenes idealistas a matarse entre ellos por ideales inexistentes, para mí, no pasan de ser burdas justificaciones como para hacer funcionar la máquina de la guerra.
Todo conflicto a alguien le sirve, ya sea para incrementar su popularidad, aumentar su poder, multiplicar su riqueza o simplemente re afirmar su ego. Nuestra obligación moral como ciudadanos del mundo, es formarnos una idea propia de cual puede ser la motivación para disparar la primera bala.
Creo que, en el mundo animal, el ser humano es el único capaz de propiciar las condiciones necesarias como para generar conflictos artificiales.
Como especie, tenemos la capacidad intelectual de generar tecnología bélica para persuadir a nuestros supuestos enemigos. Nosotros los pobres sudacas o los del tercer mundo, estamos lejos de lograrlo, aunque las grandes potencias pueden proveernos del equipo necesario.
Mi gran pregunta es simple; ¿Por qué las balas no se usan en los países productores de las mismas?
Mi respuesta es más simple aun; a nadie le gusta pegarse en los dedos.
Dejar de ganar dinero es perder dinero, y cualquier guerra es una fuente impresionante de ganancias, por supuesto no para los combatientes, sino para los proveedores del material. Eso, sin contar los miles de millones que luego de la destrucción deben invertirse en la re construcción.
¿Cuál es el misterio?