Vámonos a Aviñón
Se inicia el jueves 7 de julio, el Festival de Aviñón, cumple 76 años y espera festejarlos con talento, disciplina y creatividad. Me parece el festival de artes escénicas más importante de Francia y uno de los más importantes de Europa. Sólo le hace sombra el festival de cine de Cannes, pero sus horizontes son distintos: Cannes es glamour, vanidad y pantalla; Aviñón es escena, trabajo y compromiso, cada día.
Un poco de historia.
En 1947 el equipo de Jean Vilar tuvo una intuición mínima y genial: usar el Patio de Honor del Palacio Papal, para presentar una obra de teatro al aire libre, durante unos días de verano. Esa posibilidad fue un bálsamo para las heridas de una guerra y ocupación que acababa de terminar. De inmediato la veta abierta por Vilar se convirtió en la cita teatral del verano en Francia.
Años más tarde, en 1968, en rebelión contra el festival institucional, surgió el Festival Off, con sus decenas de compañías, que son las que transforman a la parte antigua de Aviñón en una plataforma de espectáculos. Cualquiera que pase por ahí en estos días festivos entra en la vorágine escénica: bandas y fanfarrias desfilan a todas horas, los grupos improvisan en los rincones más tradicionales para atraer público a sus espectáculos, los actores del off y del in comparten los cafés de la Plaza del Reloj, hay vida, juventud y talento.
Aviñón, fue sede de la iglesia católica durante el siglo XIV, es decir el Vaticano de la época. Ahora en julio se transforma al son de las compañías que vienen a ofrecer su trabajo y las que representan al cobijo de la programación oficial. Aviñón es una ciudad extraordinaria, visitarla es un goce, y con teatro en cada esquina, es un ágape de la escena.
Por aquí han pasado Blanca Li y su compañía, (que fue una estrella del Off), Angélica Lidell que mantuvo impresionados a los festivaleros en un evento que duraba seis horas, el desafiante Rodrigo García, el belga Ivo von Hove, la compañía italiana de Raffaello Sanzio, dirigida por Romeo Castellucci, además de Peter Brook, Ariane Mnouchkine… y así hasta hoy. Es imposible hacer un catálogo de quienes han pasado por los múltiples escenarios de la ciudad papal, como se conoce a Aviñón.
La fiesta dura hasta el 27 de julio, 20 días de encuentros, representaciones, programas radiales, teatro, danza, exposiciones, 20 días de gran fiesta escénica.
Esta será la última edición de Olivier Py, dramaturgo y director escénico, y tiene como lema, Érase una vez, nostalgia pura antes de abandonar el timón. El In tiene programados 46 espectáculos, sin contar los cientos de compañías que se presentan en el Off. El director ruso Kirill Serebrennikov abre el festival en el Patio de Honor con El Monje Negro, basado en una historia de Antón Chejov. Por cierto que a Serebrennikov no le permiten salir de Moscú por problemas con la censura, así que no estará para la apertura. Pero la obra se presentará.
Así que Aviñón se inicia para festejar un año más el Gran Teatro del Mundo.
París, 1 de julio de 2022