Sud Aca Opina

A drogarse

Si bien es cierto, las drogas son todas aquellas substancias capaces de alterar nuestra química, cada vez más, al referirse a drogas, hacemos mención a aquellas substancias, por lo general ilícitas, con la capacidad de alterar nuestro estado de consciencia modificando el natural equilibrio química del cuerpo. Desde siempre el hombre las ha usado con objetivos variados, todos ligados al dejar de ser el de siempre y alcanzar otra personalidad. Sin ahondar demasiado en culturas antiguas, es bien sabido el uso ritual que se le daban a ciertas plantas, hoy demonizadas por la justicia. Prohibir es incitar a trasgredir la prohibición. Dios prohibió consumir la manzana y aquí estamos, condenados a desobedecer eternamente. Dentro de la lógica de esos antiguos rituales, estaba el precepto de que las drogas eran capaces de establecer la conexión entre el ser humano moldeado por las circunstancias y su verdadero ser íntimo, teniendo muy en claro que el hombre debía dominar a las plantas usándolas a su voluntad y no a la inversa. Hoy, el hombre ha perdido su voluntad para ser absolutamente dominado por las plantas. Desde el café que consumimos en exceso hasta producirnos una gastroenteritis de proporciones, pasando por el tabaco capaz de ahogar el final de nuestra vejez y por supuesto toda la gama de drogas duras, algunas de ellas sintéticas, capaces de anular al consumidor hasta transformarlo solo en un cliente, el hombre ha perdido el rumbo. No puede existir la obscuridad si no existe la luz, así como no existe la dicha sin el llanto. Tratar de estar en un eterno estado de consciencia alterado hacia el placer, gradualmente irá disminuyendo esa sensación agradable para entrar en una espiral maldita en que se requerirá cada vez más y más para obtener al menos resultados equivalentes a los de experiencias anteriores. Si lo que buscamos es un cambio de consciencia o de inconsciencia, no es absolutamente necesario recurrir a substancias ajenas a nuestro cuerpo para lograrlo. Todos los sentimientos alteran nuestro estado de consciencia ya sea hacia un lado positivo o negativo, pero lo alteran. Una persona enamorada irradia alegría, así como alguien con una gran pena, se nota disminuido. ¿Que son las artes escénicas sino un catalizador para lograr de manera natural e íntima, un cambio profundo? El arte, el buen arte, apela a nuestra memoria emotiva para traernos al presente experiencias pasadas, con la capacidad única de hacernos experimentar una y otra vez el sentimiento que tuvimos esa primera vez. Revivir una alegría, volver a llorar una pena, lograr la euforia de un momento mágico, tocar fondo para salir a flote una vez más. El arte-adicto aún no es considerado como un ciudadano peligroso para la sociedad y puede circular libremente por teatros, salas de espectáculos, galerías de exposiciones y cuanto lugar exista con la capacidad de albergar las diferentes manifestaciones artísticas existentes. Cambiemos nuestro estado mental a través de la híper sensibilización que puede proporcionarnos el arte. Tengamos en nuestros bolsillos entradas en vez de papelillos y poemas en vez de porros, recordando eso sí que todo absolutismo es negativo y que el libre albedrío que le permite ser o dejar de ser, es exclusivo del hombre. A drogarse con arte que aún no es ilegal.


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