A modo de homenaje…
Juan José Artetxe tuvo mucha prisa por llegar al mundo. Fue el 1 de enero en San Sebastián, sin dejar pasar ni un día de aquel año 1929. No ha tenido tanta prisa en irse. Ha disfrutado de una vida intensa de más de 90 años aunque los últimos fueron más duros, sobre todo, después de la desaparición de su gran amor, de su mujer Blanca.
Sirvan estas líneas como homenaje, recordatorio y duelo por la partida de un ‘hombre de teatro’, de un apasionado por el teatro, de un amigo y de una gran gran persona.
Juanjo ha tenido una trayectoria profesional de 70 años. Llegó a Madrid de chiripa. Me contaba una tarde en su casa, mientras tomábamos unos cafés con pastas, que él tenía vocación sacerdotal y así se lo hizo saber a su padre. Este muy sorprendido, tenía otros planes para Juanjo y se resistió todo lo que pudo. Ante la insistencia del hijo, el padre le puso la condición de estudiar en el mejor seminario de España, en el Seminario Conciliar de Madrid. Una condición que tenía su picardía como pudo verse unos meses después. Juanjo aterrizó en Madrid muy joven. Llegó a la Gran Vía madrileña antes que al Seminario y de ahí, nunca consiguió matricularse en el seminario. La Gran Vía siempre ha sido la Gran Vía,
Comenzó a trabajar como abogado. Poco después se introdujo en el mundo del teatro donde Juanjo lo ha sido todo. Empresario, adaptador, dramaturgo, gestor, productor, promotor, programador… Juanjo ha tocado desde la comedia, pasando por la revista o el drama. Las cosas las ha hecho siempre con rigor y los resultados no dejaron de abalarle.
Adaptó más de doscientas cincuenta comedias, escribió revista, escribió comedia, drama, gestionó centenares de derechos de autor en España. Todo lo que montaba se convertía en un éxito. Los secretos… acceder a los textos más solventes, adaptarlos o directamente escribirlos, elegir unos elencos de primera división y “levantar” los espectáculos con rigor y respeto. El éxito le impulsó y Juanjo consiguió hacerse un nombre en el mundo de la propiedad intelectual.
Dirigió durante 20 años el Teatro Alcázar en Madrid hasta 1999 aproximadamente. Estrenó en todos los teatros de Madrid. Como autor escribió “Dodo” (1963), “El hilo rojo” (1966), “Los huevos del avestruz” (1968). Recordamos también “Mama quiero ser artista” (1986) con Concha Velasco y Paco Valladares o “Por la Calle de Alcalá” (1987) con Esperanza Roy, Enma Ozores y Rosa Valenti o “Entre sin llamar” (1989) con Pedro Osinaga y Ana María Vidal.
Como adaptador se atrevió con autores como Woody Allen, Ëric-Emmanuel Schmitt, Eric Assous, Francis Veber, Mihura, Oscar Wilde, Ray Cooney, Shaffer, Dürrenmatt.
Actores y actrices.. .Ha trabajado con todos. Además de los ya mencionados la lista sería interminable: Florinda Chico, Lola Herrera, Lilí Murati, Pedro Porcel, Emilio Gutiérrez Caba, Lola Cardona, José Bódalo, Aurora Redondo, Manuel Gómez Bur, Enrique Closas, Julia Gutiérrez Caba, Arturo Fernández, Zori y Santos.
Donostiarra de nacimiento y madrileño de adopción. Año tras año pasaba los veranos en la Bella Easo y verano tras verano solíamos hacer una comida entrañable entre Juanjo, Roberto Herrero y un servidor. La dimensión de Juanjo en el Teatro Español es muy difícil dimensionarla. Podríamos afirmar que ha sido una de las personas más influyentes en el Teatro comercial español en todos los tiempos. Pero recordaré siempre a Juan José Artetxe como un conversador infatigable, un sabio de la vida, una persona ecuánime y con un corazón que vibraba y se emocionaba con la facilidad que únicamente las personas sensibles y los artistas pueden hacen. Muchas gracias por todo, Juanjo, por tu legado y, sobre todo por tu amistad.