Sud Aca Opina

Abulia castradora

Hoy me enteré que desde un punto de vista estadístico gubernamental, quien no busca trabajo, oficialmente no es un cesante, lo que evidentemente mejora los índices económicos anunciados por nuestros dirigentes engañándonos con otra triquiñuela.

Quien busca trabajo durante meses sin resultados positivos, termina por cansarse y arreglárselas como pueda para vivir sin un trabajo estable, ese que tranquiliza con la llegada del fin de mes y su respectivo cheque.

Hasta la mendicidad es transformada por muchos en su forma de vida incluso con responsabilidades de horario y que por lo demás tiene una rentabilidad superior a otras ocupaciones con mayor grado de estudios, práctica y capacitación.

«Deja de buscar y encontrarás», inculcan a sus seguidores algunas filosofías asiáticas. Me parece lógico porque miles de millones de individuos buscando respuestas, provocarían tal desorden en la humanidad que nuestro planeta hubiese colapsado hace siglos.

Sin embargo me parece demasiado castrador eso de no buscar porque se transforma en abulia.

Aparte del dedo pulgar opuesto a los otros cuatro y que nos ha permitido tomar herramientas desarrolladas por nuestro intelecto también diferenciador, la curiosidad y su manifestación, la búsqueda, nos han permitido desarrollarnos no sólo en el plano material sino en el espiritual también.

Incluso, cuando se nos acaban las respuestas y entran las religiones dogmáticas a tranquilizar nuestra curiosidad, la inquietud por buscar y encontrar podrá disminuirse pero nunca será anulada por completo.

El «no cesante» para las estadísticas, después de buscar durante mucho tiempo un trabajo estable, tuvo que buscar otro modo de supervivencia y lo logró.

Éxito para todos; para él y para el sistema.

La sociedad contemporánea transformada cada vez más en una pirámide de base gigantesca donde estamos casi todos y una cúspide donde se encuentran los poderosos, nos mentaliza para buscar sólo aquello que alimenta al sistema pero no a nuestro espíritu. Lo material publicitado por todos los medios disponibles, es aquello que debemos buscar y obtener a toda costa, aunque atente contra nuestra paz interior.

De las deudas que hemos ido, no solo adquiriendo sino que acumulando a lo largo de nuestras vidas ¿Cuantas nos han permitido adquirir lo necesario para vivir y cuantas nos han traído esos problemas que no nos dejan vivir?

Nos creemos adultos porque tenemos el beneficio del crédito pero seguimos siendo niños que queremos lo que no necesitamos.

La búsqueda es buena pero ese ímpetu de encontrar tiene que venir de nuestras convicciones y no de la publicidad.

Una de las principales funciones del arte, aunque no la única, es la de formular preguntas pero no necesariamente responderlas.

Esas preguntas no necesariamente deben tener una base lógica u obedecer a algún razonamiento. El arte no necesita justificación para ser.

Es nuestra labor la de buscar incansablemente las respuestas a todos los misterios que existen y existirán por siempre.

«Sólo sé que nada se y ni aun de eso estoy seguro»

¿O no?

No sé.

¿O sí?


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