Aceptación
Aceptación, gran palabra.
Aceptar, ¿qué significa aceptar?.
¿Aceptar que nuestra vida pasa por delante de nuestros ojos manejada por manos ajenas que mueven nuestros hilos?.
¿Aceptar que vivimos en un país en el que las cosas se dirimen a golpes? ¿qué el dialogo tiene mala prensa y que es mejor crear confusión y caos que acercar posturas y dirimir las diferencias hablando en lugar de hacerlo a ostias?.
¿Aceptar que los cuerpos que creíamos nuestros, y que así habitábamos, ahora son entes extraños, cuya vida, “propia”, se aleja de nosotros dejándonos en tierra de nadie abandonados a nuestra suerte?.
¿Aceptar que vivir enteramente no es cosa de hombres enteros, y no digamos de mujeres?.
¿Aceptar que los cuerpos de las mujeres asesinadas son solo estadísticas,más o menos macabras?.
¿Aceptar que son los fusiles los que hablan porque las palabras ya no las escucha nadie?.
No lo acepto.
No acepto que no consigamos hablar, que no seamos capaces de ver en los otros algo cercano y no simplemente un enemigo a batir, sean cuales sean sus creencias.
No acepto que sean los golpes y las armas los que tomen la palabra.
No acepto que la enfermedad etiquete tu vida y te convierta en un estigma.
No acepto que las tierras de nadie estén llenas de cuerpos que caminan solos, abandonados a su suerte.
No acepto que por ser mujer tengas que mirar atrás para ver si corres peligro.
No acepto que tengamos que dejar de lado nuestros sueños y la realidad de hacerlos posibles por tener que conformarnos (darnos forma) para encajar en la realidad que nos rodea.
Si te miro a los ojos no veo a otro, me veo a mí, porque en ti se refleja mi mirada.