En cartel

‘Acoso entre vías’ de Brian Phelan en la madrileña sala Bululú 2120

Todos los viernes de Mayo a las 21.00 horas en la sala BULULÚ 2120 se podrá presenciar «Acoso entre vías» la primera adaptación al castellano de la obra de uno de los dramaturgos irlandeses más importantes, Brian Phelan, dirigida por Andrés Navarro, que vuelve a los escenarios madrileños.

En el reparto están los televisivos Enrique Cazorla ( Ispansis, Un franco 14 pesetas, Lorca, muerte de un poeta, Arrayan, Yo soy Bea, Sin tetas no hay paraíso, Juan Carlos y Sofía …), Carlos del Pino (Voz de Ned Flanders en los Simpsons, Amar en tiempos revueltos, Cuéntame, Todos los hombres son iguales, Compañeros, Policías…) y Gonzalo Kindelán (Doctor Mateo, Secreto de Puente Viejo…), que nos obsequiaran con un desenlace digno de la mismísima Agatha Christie en uno de sus rocambolescos relatos.

SINOPSIS

La acción transcurre en el puesto de enclavamiento de la estación de Fulham, cerca de Londres, a comienzo de los años 70.

A Albert y Alfred les faltan seis meses para jubilarse. Continúan viviendo en el mismo puesto de enclavamiento donde han desarrollado su actividad durante más de cuatro décadas. La circulación de trenes ha sido suprimida desde hace cuatro años. Por un supuesto error administrativo, siguen cobrando un subsidio desde entonces. La jerarquía profesional entre jefe y subordinado gobierna la atmosfera, amén de los restos de una vieja y deteriorada amistad.

«Okupan» sus días en la misma actividad que han desarrollado durante sus años de servicio. La diferencia estriba en que han de inventar e imaginar el trabajo como si estuvieran en activo, para no ser devorados por la desidia y el vacío «…Hay que emplear la imaginación, solo así podremos seguir viviendo», ordena Alfred.

La rutina diaria se ve interrumpida por la llegada de un joven, Edward, que se presenta como nuevo aprendiz. Su aparición les desconcierta.

El supuesto aprendiz descubrirá poco a poco el juego que se traen entre manos, intentando seducirles y obligarles con diferentes armas, previamente estudiadas para conseguir sus malévolos objetivos.

La tensión crece a medida que pasan las horas. Entran en juego la supervivencia y la ley del más fuerte. El joven es brutalmente asesinado. Un conflicto más entre ambos personajes.

Liberan sus demonios y se desata la cólera de uno de ellos

(Alfred), que acaba asesinando también a su amigo Albert.

La locura se transforma en hipotética cordura y le convierte en supuesto vencedor.

EL AUTOR

Brian Phelan (Irlanda 1934). Autor, escenógrafo, actor y guionista de TV, escribió «The signalman’s apprentice! (el aprendiz de guardagujas) en 1969, siendo estrenada ese mismo año en The Oxford Playhouse bajo la dirección de Vivian Matalon.

Paso horas observando a los trabajadores del puesto de enclavamiento de la estación de Fulham, en busca de una historia, con todo lo que eso conlleva de drama y comicidad. Condujo a los personajes a situaciones insólitas, sin perder de vista, en muchos momentos, el sentido del humor.

NOTAS SOBRE LA ADAPTACION

«Acoso entre Vías» es ante todo un grito de rebelión social en varias direcciones. Surge en parte de los ecos de mayo del 68, y está en la línea de las tendencias teatrales imperantes en Europa en esa década, como «Los jóvenes airados», el teatro de Osborne, o el teatro de la ceremonia, e incluso Grotowski, en cuanto a la intensidad expresiva de la interpretación y disciplina escénica. Más directamente aun entronca con el mundo de Samuel Becket y Harold Pinter, igualmente coetáneos.

Respuestas en fin, a la problemática del hombre contemporáneo. Hurga sin piedad en la soledad mal compartida de dos seres que se acercan a su jubilación sin medios para subsistir, al borde de un abismo crispado y curtido en el crisol del paro y la depresión.

Hemos pretendido dar un enfoque más directo y actual en lo que concierne al lenguaje, prescindiendo de algunos fragmentos de reiterada referencia a la terminología ferroviaria, agilizando así la acción dramática y centrándonos en la condición humana de los personajes y sus circunstancias, sin que por ello se pierda el mensaje que el autor desea transmitir.

PROPUESTA DEL MONTAJE

Lo primero que me intereso de la obra, fue el juego dramático que desarrollan los personajes (Alfred y Albert), para conseguir crear un mundo imaginario, con el fin de sobrevivir dignamente.

Algo que en nuestros días, estamos condenados a superar con imaginación y ganas. Vivir el momento no es fácil, pero tampoco imposible. Es cuestión de saber vivirlo. Aquí y ahora. Algo que desvelaba y proponía con magistral talento Samuel Beckett con Vladimir y Estragón en «Esperando a Godot».

Lo segundo, es la situación social de dos personas mayores, que se encuentran en situación de desempleo, con el desastre psicológico y moral que ello conlleva. Con el temor por otro lado de ser descubiertos y condenados por la sociedad a la marginación.

Lo tercero es la violencia psíquica y física que puede llegar a ejercer un ser humano, cuando decide maltratar a otro sin motivo aparente. Simplemente porque se siente inferior, por envidia o por placer. Algo que, por desgracia, actualmente seguimos sufriendo.

Está claro, que no se cuenta nada nuevo. Trata de nuestra propia condición y de cómo sufrimos mutaciones cuando nos tocan puntos débiles. Se habla de la envidia, del orgullo, del poder, de

la belleza, de la intolerancia, de la amistad, de la soledad…etc. En definitiva del «ego».

Todo ello resaltando el hecho circundante de un entorno agresivo y trasnochado, materializado en la simbología de una maqueta en la que sobreviven los protagonistas. Este elemento visible en el decorado, es la metáfora sugerida de su auténtico «hábitat».

Albert y Alfred viven de hecho dentro de esa maqueta, forman parte de ella y no saben salir, por miedo a la luz de un presente que les deslumbra y les enfrenta a la cruda realidad, aún más intolerable que su agria rutina.

Yo definiría a «Acoso entre vías» como una tragi-comedia absurda con final paradójicamente «feliz», ya que en principio ganan la justicia, la verdad y la inocencia. Para conseguir esos valores, a veces, otros tienen que pagar con su vida.

Por todo ello la propuesta de dirección es realista, con toda la intriga y desasosiego que sus personajes transmiten, humor terrorífico, absurdo e inocente, violencia controlada y resultado «justo», con el fin de crear una atmosfera de misterio.


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