Hace 4 años el festival se suspendió por los atentados que ensangrentaron París. Un año más tarde el Festival Don Quijote recuperó toda la programación del 2015, y en 2016 fue una programación doble, para mostrar que la vida sigue a pesar de los crímenes, y que el teatro es una fuente de memoria y vida. Fue un acto de solidaridad y coraje de las compañías españolas con París.
Llegar a la edición 28 de un festival de teatro en una lengua extranjera en París o en cualquier lugar del mundo, es un acto de esperanza, valentía, y enjundia. Es lo que ha hecho su director y fundador Luis Jiménez, quien contra viento y marea, con deudas y acreedores, ha logrado darle una continuidad envidiable al festival.
Recordamos al malogrado festival Translatinas de Bayona que tras casi 30 años de existencia fue eliminado en 2013 porque le cortaron las subvenciones municipales para otorgarlas a un exfutbolista-poeta que pasaba por Bayona. Así son los políticos, frecuentemente siguen los llamados de su propia incultura. Una lástima, porque Bayona era la puerta de entrada de importantes compañías hispanoamericanas a Europa.
Sorprende la ausencia de la alcaldía de París en la promoción y apoyo para el teatro español y para este festival. Sorprende porque Anna Hidalgo, la alcaldesa, es española de nacimiento y podría interesarse un poco más en que lleguen a París compañías españolas y por qué no, latinoamericanas. Son intercambios que amplían la visión de los ciudadanos. Pero seguramente el teatro ya no es un medio para conquistar votos, lo único que parece interesar a los políticos actuales.
La programación en 2019 del Don Quijote es un logro; hasta París llegarán entre el 28 de noviembre y el 7 de diciembre compañías y actores de la más alta calidad en la actualidad. Veremos una nueva versión del clásico de clásicos que es La Celestina obra capital para el teatro español, presentada por La Bambalina teatro de Valencia; dos evocaciones de García Lorca; otro clásico con La estrella de Sevilla de Lope de Vega por la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla; La Valentía de Alfredo Sanzol; la lectura escénica de una obra mexicana, Nueva York versus el Zapotillo de Verónica Musalem…
En fin, esperamos que esta edición del festival nos depare muchas emociones y sorpresas; lo que es un hecho es que nos dará una visión del teatro español de hoy, que con su riqueza y sabor, esperamos que deslumbre al público parisino.
Con la ayuda del gobierno español, la participación de las compañías presentes en París, y el amor por el teatro del equipo organizador, el Festival Don Quijote sigue adelante para satisfacción del público. Enhorabuena y que viva muchos años.
La cita es el próximo 28 de noviembre en el Teatro 13/ foro Sena de París.
