Negro & negro

Adiós a un amigo

El 16 de octubre nos dejó Enrique Salaberria, pasaitarra de pro, un amigo. Te has ido demasiado pronto, en silencio, sin avisar, sin poder despedirnos. Enrique, eso no se hace. Todavía quedaban muchos momentos por compartir, muchos proyectos para organizar, muchas cosas que inventarse, muchas tertulias que disfrutar.

Enrique, comenzó su larga andadura teatral participando en la primera promoción de ANTZERTI, el Instituto Vasco del Teatro de la época. Una primera promoción de catorce pioneros entre los que se encontraban Aizpea Goenaga, Mikel Garmendia, Elena Irureta, Xabier Agirre, Amaia Lasa, Carlos Zabala, Patxi Santamaría, Inasio Tolosa, el propio Enrique Salaberria. Catorce jóvenes pioneros que pusieron las bases, entre otros, del teatro contemporáneo post-franquista en el País Vasco, cimientos de la realidad teatral actual. Fueron seleccionados para formar parte del curso por las gentes relevantes del teatro español de la época, José Pedro Carrión, Paca Ojea, Juan Pastor, entre otros.. Como fin de curso pusieron en escena con gran éxito “Arlequín, servidor de dos amos” de Goldoni dirigidos por Ferruchio Soleri, miembro del Piccolo de Milán, que había interpretado al personaje protagonista, el arlequín, en la producción de la prestigiosa compañía italiana. Muchos de estos jóvenes fundaron Bederen bat aunque posteriormente un grupo de cinco o seis personas, entre los que se encontraba Enrique, fueron los que impulsaron y dinamizaron realmente la compañía.

Bederen bat produjo “El relevo” de Gabriel Celaya. dirigido por Antonio Malonda, música de Imanol. Fue un montaje con nueve actores, que ha pasado a la historia del teatro vasco y, por la dimensión que tuvo, ha pasado a la historia del teatro español. En Bederen bat Enrique hizo de todo, como era costumbre en la época: de actor, tareas de producción, de distribución,… En aquellos años conoció a su mujer y compañera de vida, Reyes, un amor que ha durado toda la vida.

De su etapa profesional en Madrid no voy a pararme mucho porque es de sobra conocida. Fundador del grupo SMEDIA en 1999. Productor, distribuidor y programador de más de una docena de teatros en la capital madrileña más la expansión que tiene el grupo a lo largo de la geografía española. Su intuición empresarial y artística lo llevaron a ser una de las personas más relevantes de la gestión, producción y exhibición del teatro en España.

Pero me quedo con su simpatía, con su humor, con su picardía. Con lo que le gustaba provocar e ir a la contra. Con su conversación teatral y política, con su visión crítica de las cosas. Era un conversador nato, un tertuliano de raza con el que se podía argumentar, discrepar y discutir siempre desde el respeto y la empatía. Se le ocurrían un montón de proyectos, fuente inagotable de ideas, de ilusiones… Era un buen tipo, se hacía querer, te reías con él. Me quedo con su empatía y con su sencillez.

Recuerdo noches que paseábamos los perros en Pozuelo de Alarcón, y agradezco siempre el apoyo que brindó a dFERIA, sin faltar ni un solo año, ahí estaba, vacíaba su apretada agenda y acudía para lo que quisiéramos disponer de él. Me parece increíble que no haya pasado un año desde la última dFERIA en la que compartimos mesa el día de la inauguración. Teníamos los sitios de la próxima edición guardados para ti y para Reyes. Recuerdo también cuando nos inventamos juntos el proyecto dPRODUCCION en dFERIA en la búsqueda de sinergias entre lo público y lo privado para apoyar la creación artística. Tantos y tantos momentos… Enrique, te has pasado yéndote tan rápido y tan calladito. a escondidas. Precisamente tú, que nunca te escondiste. Te echaremos de menos, amigo y te recordaremos siempre con una sonrisa.


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