Adiós al 2020, parte primera
Con ganas de decir adiós a este 2020 tan complicado. ¿Histórico? Sí, lo ha sido. Nunca habíamos vivido una situación similar, ni parecida, ni se ha vivido una pandemia como esta. Se han vivido pandemias peores pero en otra época, la vida tenía otra consideración. La más devastadora fue la conocida como la peste negra, la pandemia de la peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Europa y Asia durante el siglo XIV y que alcanzó su punto máximo entre 1347 y 1353. Se calcula que fallecieron más de 100 millones de personas, equivalente aproximadamente al 40% de la población de Europa. Un tercio hubiera sido en cualquier caso demasiado optimista.
Dicho esto, realizaré un resumen particular, subjetivo, mes a mes, de cómo he vivido este 2020. Visión subjetiva, posiblemente contradictoria y seguramente equivocada o acaso, extorsionada de la realidad. Eso sí, absolutamente personal.
Enero 2020. Me quedo con “Copenhague”, que narra el encuentro que tuvo lugar en 1941 en la capital de Dinamarca, ocupada por las tropas nazis, entre el gran científico danés Niels Bohr y su ex alumno Werner Heisenberg, representante de los estamentos nazis y enemigos por la situación de sus dos países durante la Segunda Guerra Mundial. El problema ético del uso de los avances en física teórica para el desarrollo de armamento nuclear es uno de los grandes temas de la obra. Emilio Gutiérrez Caba, Carlos Hipólito y Malena Gutiérrez protagonizan esta obra de Michael Frayn, bajo la dirección de Claudio Tolcachir. En danza, “¡VIVA!”, de Manuel Liñan. Un canto a la libertad del movimiento, donde lo femenino es abrazado como propio, desde el cuerpo masculino, donde los patrones de género, en un mundo codificado como el flamenco se rompen desde la alegría y el gozo, creando nuevos terrenos que, aunque inexplorados, no nos resultan lejanos… Una transformación que construye un cuerpo que anhelamos, a través de una caracterización inspirada en la mujer flamenca, para así poder realzar nuestra manera de expresarnos. Liñán explora y bucear en este universo fascinante de lo femenino, visto desde lo masculino, y exponer así, estas dos identidades, que forman parte de nuestra propia naturaleza. ¡Maravillooooso! Visité el Festival Santiago a Mil OFF en Santiago de Chile. Visita que me impacto por encontrar un Santiago destruido por la violencia generada y propiciada por un gobierno fascista y opresor. Viví en propias carnes la entrada del ejército con gases lacrimógenos cerca de la Plaza Italia y recordé los años de la represión en Euskadi de la década de los 70 donde iban “a saco”, sin miramientos. La diferencia…mi edad. Además, el 26 de enero un vehículo atropelló a Mi gato favorito (tenemos cinco). Un animal sabio, calculador, cazador, agradecido …nos respetábamos, nos entendíamos con la mirada. Nos queríamos. Un recuerdo para él. No será reemplazado, ni sustituido… era sencillamente único.
Febrero 2020. Dos estimadas figuras de la escena española nos honraron con su presencia en el Teatro Victoria Eugenia. Asier Etxeandia y Carmen Maura. El primero presentó “La Transfiguración del Mastodonte”, periplo en la búsqueda de las causas de las frustraciones y los miedos que no nos permiten ser fieles con nuestra íntima y exclusiva forma de ser. Si en “El Intérprete” Etxeandia hablaba de lo que los demás le hacían al niño, en este espectáculo habla de lo que el adulto se hace a sí mismo. Carmen encarna una severa profesora de canto que recibe en su casa a Ramón, un hombre joven que desea mejorar su técnica vocal. La canción elegida, “La golondrina”, tiene un significado especial para él y, al parecer, también para ella, hasta tal punto que sus destinos quedarán unidos para siempre en un canto común a la vida. Además en febrero sufrí una ebullición cutánea muy dura y muy fuerte que se me fue sola en cuatro días. Inaudito, insólito en mi vida. Me generó una duda, una duda sin despejar.
Y llegó marzo, y con marzo llegó dFERIA, y llegó la pandemia… continuaremos.