El coreògrafo y bailarín Alberto Huetos recibe, con la obra Sombra de mí, el premio a la mejor coreografía de danza contemporánea del I Certamen Nacional Coreográfico y de Interpretación de Danza Clásica, Española y Contemporánea, celebrado del 7 al 10 de junio en el teatro Central de Sevilla. La Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales, ente público adscrito a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, ha convocado este certamen con la finalidad de reconocer el trabajo de coreógrafos/as e intérpretes, fomentando su actividad creadora e interpretativa, favorecer su promoción y la difusión de su obra e interpretaciones.
El premio a la mejor coreografía de danza contemporanea del certamen nacional, dotado con 6.000 euros, fue para Sombra de mí, de Alberto Huetos, que interpretó junto a Itsaso Etxepeteleku. Al mismo tiempo éste ha sido también el escenario donde Alberto Huetos ha hecho presentación de su recién creada compañía Madrépora danza, con la cual inicia su proyecto de compañía andaluza tras cuatro años en Cazorla. Con el estreno para la ocasión de la coreografía premiada la compañía ha tenido un inmejorable comienzo.
Madrépora danza trabaja ya en un nuevo proyecto que llevará el título de Recuerdo de un olvido, y cuyo estreno está previsto en el mes de septiembre. La pieza pretende ser un soplo de memoria, un reconocimiento a todas las personas que defendieron la legitimidad democrática de la II República española. Se trata desde la perspectiva personal y humana de una pareja que vio frustradas sus esperanzas y deseos a causa de la guerra civil.
Gira por India, Malasia, Filipinas, Indonesia y Australia
Huetos empezará, en octubre, una gira con Yo sólo quiero caminar por Asia -India, Malasia, indonesia y Filipinas- y Australia. Una obra con música de Marwan Abado, Paco de Lucia y Godflesh que estrenó en el VII Festival Internacional de teatro de Cazorla. Este verano actuará en los festivales de Itálica y nerja.
Sinopsis de Sombra de mí
Yo sé que el amor que te tengo es sólo el reflejo del amor que en mí existe, y tú el motivo por el cual, aquí fuera, se manifiesta en nuestros cuerpos.
También sé que sin ti, todo ese amor seguiría dormido en mí, esperando un pretexto, como el que tú me diste, para sentirse vivo y cierto.
Por eso te estoy agradecido siempre, por hacerme revivir, aunque después llegue la palabra que enturbia el deseo y la realidad que rompe el silencio en vilo por dos alientos.
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