Alfredo Sanzol muestra a Bernarda Alba como víctima del sistema patriarcal
Ana Wagener protagoniza la obra de García Lorca que estrena el Centro Dramático Nacional el 9 de febrero
Alfredo Sanzol dirige la producción del Centro Dramático Nacional ‘La casa de Bernarda Alba’, una obra de Federico García Lorca que, pese a ser una de las más representadas en todo el mundo, no se hacía en el CDN desde 1998. Según indica Sanzol a ARTEZ, esta versión “quiere aportar algo que he visto en la realidad y que es la razón por la que quiero hacer la pieza: una conexión directa de la vivencia de los cuerpos de las mujeres ahora con las palabras de los personajes. Esta versión quiere ser un acto de lucha contra la violencia machista”. La obra se ofrecerá del 9 de febrero al 31 de marzo en el Teatro María Guerrero de Madrid. El montaje cuenta con un reparto de 15 actrices, entre las cuales destacan Ana Wagener (Bernarda), Claudia Galán (Adela), Ane Gabarain (La Poncia) o Patricia López Arnaiz (Angustias).
Alfredo Sanzol dirige por primera vez un texto de Federico García Lorca y lo hace con una puesta en escena contemporánea. El punto de vista desde el que se cuenta la historia es muy transversal. “El choque de fuerzas entre Bernarda y Adela está atravesado por la historia de Poncia, de Amelia, de Martirio, de Angustias, y de Magdalena, y por las historias del resto de los personajes que vemos y de los personajes que no vemos. Es una historia social de dolor y de libertad”.
Para el director, “Bernarda es una víctima y la grandeza de esta obra es que crea un personaje que es verdugo a pesar de sí misma. A Bernarda la entendemos perfectamente y sin embargo es un misterio. No podemos condenarla sin discusión, sabemos que está haciendo mal pero entendemos su objetivo de proteger a las hijas. Por eso creo que debemos mirarnos todos y todas en el espejo de Bernarda porque nadie está libre de la violencia del patriarcado”.
Afirma Sanzol que montar esta obra sigue siendo una necesidad hoy día. “La leemos y queremos verla en el escenario, montarla, interpretarla, si pasa eso es porque está hablando de algo que sucede ahora. Y, además, es una obra llena de belleza porque su estructura hace que la acción llegue a las entrañas”.
El director navarro ha querido conectar directamente con la realidad que vivimos ahora. «No he querido ver a estos personajes como unos fantasmas del pasado, unos fantasmas de 1936, que viven unos problemas solucionados; sino he querido contar una historia con personajes, que están ahora en nosotros y en nuestros cuerpos, viviendo nuestros problemas de ahora».
Según explica, «La casa de Bernarda Alba es una radiografía que hace Lorca del sistema patriarcal que tiene unas estructuras que seguimos sufriendo ahora, como demuestran los datos. Contar Bernarda Alba en estos momentos, además de suponer una reivindicación de la belleza poética y dramatúrgica del texto, es también una denuncia de unas estructuras patriarcales que nos siguen haciendo víctimas a todos».
La puesta en escena pone el foco de atención en el cuerpo de la mujer amenazado por los hombres. Alfredo Sanzol expresa que «hay toda una realidad en off machista y brutal que pone en peligro la integridad física de las mujeres. Por eso Bernarda busca defender a sus hijas pero lo hace de una manera autoritaria. Esto provoca el conflicto con Adela, que representa una nueva generación conectada con la naturaleza y lo orgánico, que pone en cuestión las normas y ese sistema patriarcal queriendo vivir. Se trata del enfrentamiento entre la norma y la vida lo que da a La casa de Bernarda Alba su actualidad».
La importancia del montaje reside en las interpretaciones de Ester Bellver, Ana Cerdeiriña, Eva Carrera, Ane Gabarain, Claudia Galán, Paula Womez, Belén Landaluce, Patricia López Arnaiz, Chupi Llorente, Lola Manzano, Inma Nieto, Celia Parrilla, Sara Robisco e Isabel Rodes, junto a Ana Wagener en el papel de Bernarda Alba. “Creo que Ana es una actriz muy inteligente y crítica, con lo que vamos a hacer un trabajo meditado y dirigido a la esencialidad. Ella es la capitana del reparto y estoy seguro de que va a impregnar todo con su estilo”, añade el director.
Blanca Añón es la autora de la escenografía de esta pieza, una gran casa construida con enormes paneles luminosos que contrastan con los pocos elementos que vemos en escena: una mesa, algunas sillas negras y apenas algunos objetos más con los que se crean los distintos espacios que necesita la obra. Además destaca la iluminación de Pedro Yagüe que crea un espacio frío y con una perspectiva que lo vuelve asfixiante; el vestuario de Vanessa Actif que juega con el contraste del negro y el color; la música electrónica de Fernando Velázquez; el sonido de Sandra Vicente y Pilar Calvo; el movimiento de Amaya Galeote que es clave en el montaje o la caracterización de Chema Noc.
El montaje es estupendo
El problema es que el director se ha empeñado en tener una perspectiva feminista
En esa perspectiva Bernarda ( por ser mujer) sólo puede ser un ser bondadoso, una victima . Es un mundo donde una mujer no puede ser «la mala» de la pelicula
El problema es que el texto de Lorca no concuerda con esa visión
Por eso hay una continua disonancia entre el texto y el tono de la función
Eso hace que salgas de la función con la extraña sensacion de que no entiendes nada.