En cartel

‘Archipiélago’ de Embocadura y Arbolé en el Teatro del Mercado

El Teatro del Mercado de Zaragoza presenta, desde el día 18 al 29 de octubre, la obra “Archipiélago”, un espectáculo de poesía para todos los públicos que ha sido coproducido por las compañías aragonesas Teatro Arbolé y Embocadura, y que cuenta con la dirección de Mariano Anós y con la música original de José Luis Romeo. Esta obra se preestrenó el pasado mes de mayo en Alcañiz, en la VIII Muestra de Teatro y Danza, con un notable éxito de crítica y público. “Archipiélago”, la palabra favorita de Rubén Darío, da vida en el escenario a un total de 32 célebres poemas, versos creados en el siglo XX de la mano y la sensibilidad de grandes autores. Son un conjunto de poemas-islas llevados al océano del teatro e integrados por medio de un espacio, unos actores, una luz y una música, en una fiesta sonora y visual que despierte la imaginación y la sensibilidad del público.
De este modo, la poesía, el lenguaje más directo para llegar a un público a través de los recursos más inmediatos de la sensibilidad, se sube a un escenario a través de la voz y el movimiento de tres actores: Pedro Rebollo, Nuria Herreros y Miguel Pardo, apoyados en la música de José Luis Romeo.
“En la selección de textos consideramos ante todo dos tipos de criterios. En primer lugar, desde el punto de vista de la comunicación, evitar dificultades de léxico o sintaxis y primar la sonoridad y la capacidad de sugerencia de imágenes. En segundo lugar, desde el punto de vista pedagógico, acotar un arco temporal en la evolución de la poesía española, partiendo del modernismo y sus derivaciones en la primera mitad del siglo XX”, explica Mariano Anós, director del espectáculo.
Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Antonio y Manuel Machado, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Miguel Hernández, Manuel Altolaguirre, León Felipe, José Moreno Villa, Adriano del Valle, Dámaso Alonso, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Nicolás Guillén… Un potente archipiélago de poetas que, con todas sus grandes diferencias, tienen en común el ritmo y el preciosismo fonético, así como la riqueza de imágenes de resonancia universal que despiertan sus poemas.
La construcción del espectáculo no obedece, por ello, a criterios argumentales, “sino más bien a exigencias de ritmo, un ritmo capaz de mantener al mismo tiempo la continuidad y los cambios y sorpresas con todos los recursos propios del teatro para reavivar constantemente la atención del público”, sostiene Mariano Anós. Porque para su director, este espectáculo pretende “conseguir la máxima fascinación con los mínimos elementos, dejando espacio libre al vuelo de la palabra de nuestros poetas”.


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