El próximo fin de semana, 18 y 19 de mayo, el municipio madrileño de Arganda del Rey regresará hasta el siglo XVII con la representación «El Motín de Arganda», espectáculo para la recuperación de la memoria colectiva del pueblo recordando el momento histórico en que Arganda se puso en pie para oponerse a la indignidad y al perjuicio que suponía ser vendida por el Rey a su Valido el Duque de Lerma. El motín de Arganda nació en el año 95 para la recuperación de la memoria colectiva del pueblo e incentivar la participación ciudadana. Tras siete años en que no se ha vuelto a representar, la compañía Teatro Guirigai ha aceptado el encargo de la localidad madrileña para volver a crear, con planteamientos nuevos, un espectáculo que se desarrolla en las calles y plazas de Arganda, mezclando la participación activa de los vecinos con el quehacer de la compañía.
Así, durante las dos jornadas en que se celebrará esta fiesta, la villa retrocederá cuatro siglos para mezclar en un espectáculo múltiple y variopinto la historia local y la imaginaria vida del lugar en el siglo XVII. Rememorarán así la vida cotidiana en la España del barroco aprovechando las fiestas que el Duque de Lerma organizó para festejar la compra de la villa.
Así, la compañía Teatro Guirigai ha conformado un espectáculo múltiple, con numerosos núcleos dramáticos vertebrados en torno al suceso histórico. Con un guión dramático confeccionado por los dramaturgos Miguel Murillo y el también director artístico Agustín Iglesias, Teatro Guirigai ha preparado un espectáculo en el que los vecinos de Arganda del Rey, adultos, niños y ancianos, los actores profesionales, aficionados, alumnos de la Escuela de Teatro de Arganda y los músicos del conservatorio local han trabajado durante siete meses, y en el que se podrán ver entre otros, Romances de ciego, el Paseo y castigo en la picota de Úrsula la Cueva, la Llegada Festiva de los forasteros, la Manifestación de los Embozados contra el Duque de Lerma, la Llegada triunfal del Cortejo Ducal, el Conflictivo paseo hacia la picota de un rufián, el Concurso de la academia de versos, presidida por Quevedo y Góngora y amenizada por la rondalla La Amistad, cuando El pueblo se prepara para recibir al Duque, el desfile del cortejo de éste y la culminación con El Motín.
