Bajo el nombre de ‘[Soup’Mix]’ y con el subtítulo de ‘Happen `n Eating: performance alimentaire élémentaire’, el próximo 21 de junio el Institut Francés de Barcelon celebrará la Fiesta de la Música bajo el signo de la sopa y con un colectivo de 8 artistas lioneses: en el marco del Año de la gastronomía y a partir de las 21 h un grupo de cuatro personas comenzarán a cocinar una Soupe au Pistou para unas 300 personas. Mientras pican ajo, cebollas y tomates, los cocineros van explicando animadamente de qué va toda la preparación (en francés, catalán y castellano). Mientras, una pequeña orquesta toca guinguette. El espectáculo multimedia y gastronómico llamado ‘[Soup’Mix]’ da énfasis al humanismo, a la idea de “dar al otro”, compartir un momento juntos, la idea de “dar de comer”; dar pan de comer. Se trata de un dispositivo festivo para dar placer a todos los sentidos, y está enfocado a encontrarse con el otro, compartir de manera popular, que es el sentido esencial de la Fiesta de la Música: un espectáculo popular y abierto a todo el mundo, y donde lo pasas bien. Todo esto desde una perspectiva vanguardista, partiendo de la tradición popular del Guinguette (ir los domingos, a salas de baile, en pareja o a buscar pareja; las viejas discotecas…).
Música: guinguette, tocada en vivo, acordeón, guitarra y contrabajo. Y cuando los cocineros terminan la sopa, se incorpora un dj de funky beat, el movimiento se acelera y se fusiona los dos tipos de música… el colectivo de artistas lioneses Concept food se han apoderado de esta antigua tradición francesa y realizan una puesta en escena en la explanada delante del Institut Francès que recuerda y que recrea esta tradición: guirnaldas con bombillas de colores y al fondo una proyección de videoarte psicodélico con extractos de viejas películas francesas en blanco y negro de parejas bailando guinguette. También tiene elementos eróticos en forma de verduras, los ingredientes de la sopa provenzal de verano.
«Una Soup’Jockey prepara una buena dosis de Soupe au pistou, fácil de comer y reconfortante. A su lado, unos músicos armonizan sus instrumentos con el chup-chup de las ollas, estimulando a la audiencia con sus ritmos sonoros. La atmósfera de ‘fiesta mayor’ se transforma poco a poco en una especie de jazz improvisado, y un DJ se incorpora lentamente para sazonarlo todo con un tango electrónico. Las burbujas se estremecen. Las verduras se hunden de dulzura. Los colores se entremezclan. Lluvia de perfumes. Vapores embriagadores».
