Escritorios y escenarios

Asunto de buscadores

Si en principio se supone que a estas alturas de la vida uno sabe el camino, muchas veces descubro que lo que estoy haciendo es abrir uno. En eso coincide el rol del creador, del profesor y del investigador, no importa cuánta experiencia se tengan, todos al final son buscadores. Seguramente, por eso me gusta percibirme así, como una persona que busca cosas. Lo gracioso es que el “estar buscando», no funciona como cuando se busca esa media que desapareció en la lavadora. Porque en ese caso, uno sabe que está buscando una media. En cambio en la búsqueda a la que me refiero, uno busca algo que no sabe qué es y que solo se sabe cuándo se encuentra.

El otro día encontré algo. Una frase: “el ejercicio te entrega algo”. Y no estoy pensando en el ejercicio que se hace cuando uno va al gimnasio para entrenar. Aunque ahora que lo pienso, también. Más bien estoy pensando en los problemas creativos que como docente de teatro planteo a los artistas en formación. Eso que parece un problema, un reto, un umbral que hay que atravesar para ganar algo, entendimiento, experiencia, una lógica, una estructura mental, no es más que un pretexto para buscar una resolución en la que se debe abrir un camino que sólo será descubierto al final, un camino que uno construye. Y me pareció que esa frase, aparentemente insignificante, ambigua, oculta una verdad.

Esa frase, no la inventé yo. La escuché de la boca de un estudiante, que a su vez la escuchó de la boca de una profesora, que a su vez quién sabe en dónde la habrá escuchado… No sé si de la voz de su conciencia o de alguna relación intersubjetiva. Pero esa frase, ahora también es mía. Como ahora es de ustedes.

Y entonces pensé en los materiales, en los insumos que coleccionamos los buscadores. Y en cómo vamos compartiendo con los otros lo que hace parte de nuestra colección. Estos materiales encontrados por los buscadores, se guardan en algún lugar de los archivos personales. Y, después vuelven a salir en dirección al mundo.

Ahí es cuando el buscador se vuelve un urdidor, pues en sus interacciones sociales, desde cualquiera de los tres roles que menciona más arriba, devuelve, regresa al mundo los hallazgos, los tesoros que ha encontrado. Quisiera afirmar que todas las revelaciones encontradas permanecen visibles y conscientes, pero lo que he experimentado es que también se olvidan, se refunden en las zonas oscuras de la memoria. Sin embargo, he vivenciado infinidad de veces que aquello que tú le das al otro, regresa a ti. El mensaje, el secreto, la frase reveladora, eso que parecía tan evidente en un momento y que tuviste la posibilidad de compartir con el otro, se te olvida, se pierde, uno se pierde entre tanto camino maltrecho. Y, de repente un día, la persona menos esperada se acerca a tus oídos y te lo recuerda. Aquello que tú le das al otro, regresa a ti.

Domingo 22 de septiembre del 2024.
Bogotá, Colombia.


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