La 19 Mostra Internacional de MIM a Sueca baja hoy el telón tras cinco intensos días (del 17 al 21 de septiembre) en los que se han sucedido 14 espectáculos con 40 funciones (47 contando el Off-MIM en el que han actuado seis compañías). Además, se ha celebrado, como cada año, el curso para especialistas impartido por el director teatral i clown, Antón Valén, la exposición-instalación «Los niños malditos» del irunés Alberto Saavedra y la clase magistral de la llamada Dama del cabaret berlinés y discípula de Bertold Brecht, Sonja Kehler, que abrió el festival. El número total de espectadores ha superado el de anteriores ediciones sobrepasando los 22.000. El incremento de funciones y la ya indudable consolidación de este festival como referente dentro del estado en teatro gestual explicarían el éxito conseguido.
Todas las producciones por las que se debía pagar entrada, a excepción de una función en qué quedaron 20 entradas sin vender, colgaron el cartel de agotadas las localidades. Los montajes de sala que más gente acogieron fueron los cinco pases de los madrileños Yllana con «Brokers», en el teatro Bernat i Baldoví, los dos pases de los franceses Chicos Mambo con Méli Mélo en el polideportivo municipal (ambos espectáculos se exhibían por primera vez en la Comunidad Valenciana,) las tres funciones de Vol-ras con «Canguelis», también en el Bernat i Baldoví, y las dos representaciones de «Lligat a pedaços» de la compañía de Ramon Oller, Metros, en la plaza de Sant Pere.
En esta Mostra las compañías valencianas Ferroviària d’Arts Escèniques i Cienfuegos Danza han estrenado el musical interdisciplinar «La intrusa». Los alzireños Engrata también han mostrado por primera vex el Sueca su último espectáculo para niño,s «Peus?», i Teatro Íntimo de Villena ha hecho lo mismo con su «Caravana y ensueño».
Dos compañías movilizaron multitud de espectadores por las calles de Sueca con los atrayentes espectáculos itinerantes «La mar de gai» de Visitants (Vila-real) i «Megànimals» de Maduixa (Sueca).
Abel Guarinos, director de la Mostra, ha asegurado que «con el tradicional envoltorio lúdico, festivo e innovador del MIM hemos ofrecido en esta edición la posibilidad de que los espectáculos manifiesten decenas de mensajes en defensa de aquellas personas consideradas diferentes por su condición física, psíquica o de procedencia y hemos reflexionado sobre temas que nos afectan muy de cerca». Así, se han podido ver propuestas como «Barreres» del irunés Iñaki Mata y en la que actuaba sobre una silla de ruedas. Con ironía reivindicaba el derecho de los minusválidos a disfrutar en igualdad de condiciones del espacio público. También los discapacitados psíquicos ocuparon su espacio en el MIM. Moments Art D&T, compañía valenciana formada en un 50% por personas con algún tipo de enfermedad mental, presentaron «La vida transfigura el cos cobert» en la plaza del Ayuntamiento. La danza, otro de los ejes fundamentales de esta edición del MIM, ha conseguido despertar gran interés entre los asistentes. Un buen ejemplo de ello es el buen recibimiento por parte del público que ha tenido el espectáculo «Sentada en la cima del mundo» de la compañía de Eva Bertomeu en el claustro de la casa Joan Fuster y en el que se denuncia la violencia de género. Por lo que respecta a la presencia de compañías francesas, tónica habitual en el MIM ya que el Instituto Francés colabora, además de Chicos Mambo ha actuado en Sueca «Claire» con su enternecedor «Vaixell d’Arena».
Se han utilizado once espacios para la programación oficial, desde el claustro de la casa de Joan Fuster hasta el mercado, pasando por el teatro, el casal multiusos y otros cinco para la programación Off en locales de ocio.
Aunque el público mayoritario es la población joven, el MIM es seguido por espectadores de todas las edades, provenientes, mayoritariamente, de las comarcas de la Ribera, l’Horta y la Safor y de Valencia capital. No obstante, la originalidad de la propuesta del festival que está a punto de cumplir veinte años y será, así, el único en su género en España que lo consigue, atrae cada año además espectadores de ciudades más distantes como Xàtiva, Ontinyent, Vila-real o Dénia.
