Balance de la VII Muestra Nacional de Teatro de Calle de Jerez
La VII Muestra Nacional de Teatro de Calle de Jerez, desarrollada del 15 al 17 de septiembre ha puestos sobre las calles de Jerez seis formas diferentes de hacer espectáculo y entretener a pequeños y mayores. La muestra comenzó con “El circo de los Miserables” de los andaluces de Estrada Teatro, donde el concepto de obra teatral se traslada a la calle con personajes disparatados para una divertida historia. Una novia plantada, un padre vengativo, un cura borracho,…, hicieron las delicias de un séquito familiar que siguió al pasacalles durante todo el recorrido.
La “Bande Déplaceé”, de Deabru Beltzak, dio un giro radical en la noche del primer día. Personajes que sin serlo recuerdan a los guerreros samurais, realizaron una tamborada con toda suerte de danzas en una fiesta de ritmo y luz. Este grupo vasco “engancho” al baile al público con una estética agresiva.
La Baldufa ofreció el segundo día de la muestra un viaje sin precedentes en “Zeppelín”. Los componentes de la Baldufa interactuaron con su público para, a través de diversos juegos, solucionar los problemas mecánicos de su aparato. Ni tormentas, ni averías, impidieron su divertida aventura. La tercera forma de teatro de calle llegó con Titirimundi que ofreció una versión de la “Odisea”, donde el anciano Ulises relataba en un escenario fijo situado en la plaza del Arenal las sorprendentes historias que le pasaron en su juventud. El público infantil, especialmente participativo, disfrutó especialmente con el montaje de la compañía andaluza.
En la jornada de clausura Los Titiriteros de Binéfar sacaron la fiesta a la calle con su ancestral pasacalles de juglares medievales, que con historias y música lograban atraer de manera sencilla y cuidada a todo aquel que encontraban en su camino.
La cierre lo trajo el Bestiario de Teatrazo, un espectacular pasacalles estético y festivo que jugó con la interacción entre los cuatro elementos (fuego, tierra aire y agua) representado por un animalario de grandes dimensiones. Seis compañías y seis montajes diferentes atrajeron a todo aquel que paseaba por las calles que recorrías y las plazas en las que se paraban. El público, más numeroso por las tardes que por las noches, reclamaba continuamente más información sobre los espectáculos y los itinerarios de las diferentes representaciones.