En cartel

Bebo Valdés en cuarteto, en el Palacio Euskalduna de Bilbao

El maestro cubano del jazz latino, Bebo Valdés, pianista, arreglista, compositor y director musical, se presentará el próximo 21 de noviembre en el Palacio Euskalduna de Bilbao en formato de cuarteto, junto a Javier Colina, reconocido como uno de los mejores contrabajistas europeos, Efraín Porro a las tumbadoras y su hijo Rickard Valdés a las pailas. Quedan solo dos o tres figuras cimeras de la época de oro de la música cubana. Una de ellas se llama Bebo Valdés. Los conocidos le dicen con cariño «Caballón» por su enorme estatura. Tiene 86 años de edad y es el padre de Chucho, el genial creador de Irakere. Bebo comienza su carrera profesional como pianista de una de las orquestas más populares de la época, la de Julio Cueva, para la cual compone el mambo “La rareza del siglo”. Transcurre la década del cuarenta. Pocos años antes, Cachao cambia el curso de la música cubana con su danzón “Mambo”. A Bebo le corresponde ser uno de los primeros orquestadores del nuevo género, vistiéndolo de lujo. «Para arreglar hay que decirle «usted»,” subraya Cachao.
Bebo se suma a la orquesta de Armando Romeu en Tropicana. En poco tiempo, es asesor musical del célebre cabaret. El productor Norman Granz, entusiasmado por la reacción al jazz afrocubano en New York, le encomienda a Valdés en 1952 la primera descarga de jazz cubano que se graba en la isla. En esas fechas, la orquesta de Valdés, Sabor de Cuba, se escucha en la radio a lo ancho y largo de la isla, para deleite de los bailadores. Uno de los vocalistas es Beny Moré, quien se inspira en la formación para crear su propio big band. Por su parte, Bebo crea un nuevo ritmo, la batanga, pero el “Cerezo Rosa” de Pérez Prado vende más de un millón de unidades y, de pronto, arrasa el mambo. Bebo continúa componiendo. Uno de sus temas, “Ritmando el cha-cha-cha” es todo un éxito para la Orquesta Riverside. Firma para acompañar a los artistas del sello Gema. Entre ellos se encuentra un cantante de incomparable fraseo, «El Guapachoso» Rolando Laserie, cuya popularidad es solamente superada por Moré.
Comenta Chucho: «Yo considero que fui un niño muy privilegiado. En primer lugar, por ser hijo de él, que es uno de los mejores pianistas cubanos. Es un compositor y arreglista muy original. La música de Bebo se puede conocer aunque no esté firmada por él. Yo ví en la casa a Celia Cruz, Osvaldo Farrés; ví como se desarrolló el movimiento del filin, con César Portillo, Elena Burke, Omara Portuondo, la Sonora Matancera. Me crié en un ambiente donde todo el movimiento artístico de La Habana se desarrollaba porque Bebo era uno de los arreglistas fundamentales de todo el mundo, de todos los solistas: Laserie, Fernando Álvarez, Pío Leyva, Celeste Mendoza.» Acompañado por Laserie, el 26 de octubre de 1960 Bebo emprende el camino del exilio.
Al comienzo de los sesenta en México, Bebo es director musical del bolerista chileno Lucho Gatica. Va de gira por Europa con los Havana Cuban Boys. En Estocolmo, se enamora, se casa, y se suma en el más profundo anonimato.
Pasan más de treinta años. El 25 de noviembre de 1994, Bebo recibe una llamada de Paquito D’Rivera, invitándole a grabar un nuevo disco en Alemania. Tres días después, D’Rivera produce Bebo Rides Again, colección de clásicos cubanos y originales de Valdés, compuestos especialmente para la ocasión. El tiempo no pasa en vano. Suena mejor que nunca. Comienza una nueva carrera a sus setenta y seis años.
En el 2000 participa en la película de Fernando Trueba Calle 54, donde lleva a cabo dos dúos históricos: “Lágrimas Negras”, su reencuentro musical con Cachao, y “La Comparsa”, a dos pianos con su hijo Chucho. La semana siguiente a éste rodaje graba en Nueva York El Arte del Sabor en trío con Cachao y Patato. Paquito D’Rivera es invitado de excepción en la grabación. Un repaso por la música cubana que consigue dos premios Grammy. En el 2003 graba en Madrid Lágrimas negras con el cantaor Diego El Cigala, con el que cosecha un gran éxito en España. Se embarca para Nueva York donde graba dos discos de música original que aparecerán en 2004 como Bebo de Cuba y, seguidamente en Miami We Could Make Such Beautiful Music Together, a dúo con el violinista Federico Britos.
Formación
Bebo Valdés: Piano
Javier Colina: Contrabajo
Rickard Valdés: Pailas
Efrain Porro: Tumbadoras


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