Boris Charmatz llega al Teatro Arriaga de Bilbao con su original creación ‘10.000 gestes’, una hipnótica coreografía en la que ningún gesto se repite. El coreógrafo francés, afamado internacionalmente por su capacidad para sorprender, reflexiona sobre lo efímero de un gesto en esta pieza que se podrá ver los días 27 y 28 de abril.
Boris Charmatz lleva en esta pieza lleva lo efímero a una forma de melancolía. Cada movimiento se desvanece al instante de ser ejecutado, produciendo una hipnosis visual en el espectador. Esta secuencia de movimientos, más propia de un lenguaje digital programado, es sin embargo creada de forma artesanal, a través del cuerpo de los bailarines. Cada bailarín experimenta con los limites de su propio cuerpo y la belleza se produce al sumar y/o restar sus cuerpos durante el espectáculo, llevando al espectador a percibir de distinta manera lo que está viendo: ¿es un baile conjunto? ¿una escultura? ¿una instalación viva? ¿una coreografía fantasmagórica? Seguramente es todo eso y nada de ello al mismo tiempo. Pero el espectador vuela hipnotizado por el ritmo gestual, tan único e inconexo como empastado a la vez.
El Centro Coreográfico Nacional de Rennes y Bretaña, rebautizado como Musée de la danse por el propio Boris Charmatz, que es quien lo dirige desde 2009, produce esta utopía de danza en la que ningún gesto se repite, un torrente de movimientos únicos y efímeros que se suceden causando fascinación.
