Canto al teatro desde el escritorio y el escenario
El teatro está vivo y está muerto. Es una experiencia, es un encuentro, un recuerdo y una impresión. Es poesía, es espectáculo, es música, literatura, pintura y escultura. Es espacio y es tiempo. Es respiración, sudor y cuerpo. También es el espíritu de otro u otros que duermen en las páginas de los libros y que reencarnan porque vuelven a la vida cuando un lector abre la obra escrita y accede a ella desde la lectura y en su imaginación.
El teatro se siente, se piensa, se ve, se escucha y a veces hasta se huele y se toca. Que si es actuación o relato, performance o drama, que si presenta o representa, que si es clásico, moderno o posmoderno, que si se estudia o se hace, solo afirma que es teatro.
No hay teatro, hay teatros en plural. Hay teatristas, teatreros, gentes del teatro, dramaturgos, dramaturgistas, directores y espectadores, actores, actuantes, performeros, jugadores, payasos, bufones, farsantes, comediantes y faranduleros.
Y así como sabios, hay maestros con y sin fanaticada, pero también aprendices y aficionados, charlatanes y oportunistas, narcisos y atormentados.
El teatro educa y divierte, enseña y entretiene, crítica y glorifica, ataca y defiende. Hay buen teatro y mal teatro. Hay obras que conmueven, que te golpean, que te sacuden. Hay otras que asustan, que escandalizan, que frustran e indignan.
Hay quienes lo consumen, quienes lo defienden y quienes lo idealizan. Hay muchos otros que lo ignoran. Para unos es importante, para otros indiferente. Para algunos es algo nuevo, para otros una milenaria expresión artística. Teatro es tradición, La Poética Aristotélica tradición vieja, la convención de la cuarta pared tradición nueva.
El teatro no es religión, aunque algunos lo vivan con devoción y con fe. El teatro ha estado al servicio de Dioses y de Dios, pero siempre desde la mirada de los hombres. El teatro no es una secta, aunque se comporte como secta.
El teatro es humanista, existencialista, ideológico, ilustrado, científico y abstracto, literal y natural, y al mismo tiempo popular. Pero sobre todas las cosas que puede ser o no ser, es una forma de vida que siempre indica nuestra humanidad.