Críticas de espectáculos

Carmen / Georges Bizet / Calixto Bieito

La «escandalosa» Carmen

 

Fiasco legendario en su estreno en 1875 en la Opéra Comique de Paris, Carmen, de Georges Bizet, se convirtió finalmente en un mito y en la opera más representada en todo el mundo. La versión revolucionaria y polémica de Calixto Bieito de esta obra, estrenada en el Festival de Perelada en 1999, viaja desde hace 18 años y se ha representado hasta hoy en más de 30 teatros líricos de Europa y América. Antes de proseguir su gira mundial en 2018 y 2019 y tras unas tumultuosas representaciones en marzo pasado en Paris, llega al Teatro Real de Madrid con aroma de escándalo.

Los puristas y el público rechazaron Carmen en 1875 como una ópera naturalista, con protagonistas de la plebe y de mala vida, gitanos, bandoleros, etc… una obra fuera de las normas y convenciones del genero operístico.

Casi un siglo y medio después, la versión contemporánea de Carmen despierta de nuevo las protestas de los puristas, conservadores parisinos, nostálgicos del mito de arquetipos y de tópicos folclóricos y exóticos de la España del siglo XIX, de los que, precisamente, Calixto Bieito prescinde en esta obra maestra de Bizet sin desnaturalizarla ni defraudar su esencia.

Porque precisamente la vitalidad y la atemporalidad de una obra de arte residen en su potencia metafórica y su capacidad de adaptarse a diferentes épocas, reflejando sus conflictos humanos, sociales y políticos.

En este sentido en su visión de Carmen, cruda, brutal, con protagonistas de carne y hueso, los marginales del submundo real, Calixto Bieito retrata los entresijos de la realidad de nuestra sociedad.

Su Carmen no es un mito, ni la mujer fatal y tampoco inmoral. Es una mujer fuera del orden social y de la moral establecidas, indómita, que reivindica y afirma su propia libertad, desafiando todo lo que puede limitar sus impulsos vitales. En resumen una mujer que tiene como única ley el lema: «je fais ce que je veux «.

A lo largo de 18 años de su exhibición, el decorado de Carmen se fue adaptando, con ajustes de algunos de sus elementos, a las características de cada teatro, sin ningún cambio en la lectura de la obra

Calixto Bieito traslada la trama a Ceuta, a la zona de la frontera, en los años 70, a finales del franquismo, en un mundo marginal de contrabando y traficantes de todo tipo. En este contexto sórdido, de brutalidad y violencia, el asesinato de Carmen por don José, un macho intransigente, no es un crimen pasional, romántico, sino un vulgar crimen de género.

Esta lectura de la trama de Carmen no desentona con la música de Bizet, al contrario se acomoda perfectamente a la partitura vigorosa, con energía, gran fuerza, ritmo frenético, colores y contrastes musicales, en la que Carmen no tiene arias sino canciones, la única aria es la de Micaëla.

En el escenario desnudo, creado por Alfons Flores, hay solo algunos elementos que cumplen múltiples funciones y evocan sitios y ambientes reales o imágenes simbólicas. En el Ier acto una cabina telefónica y un alto mástil con la bandera española evocan el campamento del regimiento de los soldados.

En el II y III acto algunos coches Mercedes de los años 70 sirven, en varias ocasiones, para el contrabando. El gigantesco toro negro de Osborne en el III acto, desmantelado por los soldados al inicio del IV acto, es, a la vez, una referencia al célebre reclamo del vino, a la España para los turistas de los años 70 con el eslogan «Spain is diferent» y, asimismo, un símbolo de la virilidad y de la potencia sexual.

Estamos en una zona fronteriza donde conviven los militares y los traficantes con la miseria del pueblo y los turistas atraídos por las playas y el exotismo de la España barata.

Un mundo de corrupción, de trafico de todo tipo, en el que los soldados también se involucran, un mundo donde las mujeres se compran y se venden, donde el dinero que circula y se muestra de forma ostentosa, y la celebridad encarnada por el torero don Escamillo, son los únicos valores.

Hay en esta España trasladada a sus confines del Sur que Calixto Bieito trata con un cierto humor y tono irónico, caricaturesco, algo de la España de hoy en día.

Los vestuarios, uniformes de los soldados, vestidos actuales, pantalones cortos, un bañador, para las mujeres, pantalones, camisetas para los hombres, un traje para don Escamillo. En una escena los vestidos típicos andaluces, como disfraces, se utilizan como tópicos folclóricos para los turistas.

Tras la obertura, el personaje de Lillas Pastia con un traje blanco, evocando un árabe integrante de la unidad militar española, abre la representación con un truco de magia.

Micaëla con su vestido, su bolso a la moda, y después con un pantalón y zapatos de deporte, evoca a una burguesa, una extranjera en este mundo sórdido.

La aparición de Carmen en la cabina telefónica, asaltada por los deseos bestiales de los militares, resulta impresionante. Desde el inicio, con esta imagen de la brutalidad machista y con el desafío de Carmen afirmando su libertad con la magnífica habanera «L’amour est enfant de bohème qui n’a jamais connu de loi», se pone en marcha la lucha de Carmen, mejor dicho, su juego con el amor y la muerte.

Anna Goryachova es una encarnación absoluta de Carmen, tanto por su voz amplia, homogénea, timbrada, con una rica paleta de colores, como con (por) su silueta, sus piernas de top model y también por su actuación, creando una «mujer serpiente», seductora, encantadora, soberana, orgullosa, sensual, provocante, y profundamente humana.

La escena donde Carmen, atada al mástil, soberbia y provocante seduce a don José, resume la quintaescencia de su relación : el enfrentamiento de la voluntad y la fuerza de la libertad de Carmen contra la voluntad de posesión de don José. Anna Goryachova se mueve totalmente cómoda, entre la Carmen ligera, burladora, apasionada, decidida e intrépida.

Frente a Carmen, Francisco Meli (tenor lírico) como don José, al comienzo con una voz un poco seca, despliega después su amplio registro, matizando su personaje desde el macho, brutal, grosero, posesivo, hasta el desesperado, amenazante, suplicante, «Carmen il est temps encore», un hombre mediocre y ridículo que no está a la altura de Carmen.

Eleonora Buratto interpreta a Micaëla con una refinada apariencia, confiriendo a su personaje con pureza, elegancia y la luminosa profundidad de su voz, una cierta gracia e inocencia, particularmente en su dúo con don José.

Kyle Ketelsen interpreta admirablemente a Escamillo, soberbio, a la vez un adulado icono y un arribista.

Calixto Bieito alude a la corrida y a la victoria de Escamillo, narradas en la ópera solo por la música en una breve secuencia, con la imagen poética, del torero desnudo toreando en la noche, evocando un hecho biográfico del legendario torero Belmonte.

Hay, además, imágenes de gran belleza y poesía que contrastan con la brutalidad de comportamientos, expresiones violentas, viscerales, actos de maltrato, de humillación.

Incluso la violencia, está representada de forma contenida, sugestiva y no realista.

Por ejemplo la escena en la que Carmen y don José hacen el amor no tiene nada de vulgar, o la escena del asesinato de Carmen a manos de don José, en la que se expresa toda la impotencia del macho humillado.

Y qué decir de la gran maestría de Bieito en su dirección precisa y rigurosa de los cantantes y en su manera de crear y contrastar, con la complicidad de las luces de Alberto Rodriguez Vega, los ambientes y efectos luminosos, y de componer los movimientos y la actuación del coro.

Marc Piollet, director musical francés, muy cómodo en la partitura de Carmen, restituye con nitidez la fuerza, los colores instrumentales, el ritmo galopante de la música de Bizet.

 

Irène Sadowska

Carmen de Georges Bizet – ópera en 4 actos – libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy – basado en la obra homónima de Prosper Mérimée – Dirección: Calixto Bieito – Dirección musical: Marc Piollet – Escenógrafo: Alfons Flores – Figurinista: Mercè Paloma – Iluminador: Alberto Rodríguez Vega – Primer reparto (papeles principales): Francesco Meli –Don Jose tenor, Kyle Ketelsen – Escamillo bajo barítono, Carmen – Ana Goryachova mezzosoprano, Elonora Buratto – Micaëla soprano – Actores – Coro y Orquesta titulares del Teatro Real – Pequeños cantores de la ORCAM – Producción de la Ópera Nacional de Paris – En el Teatro Real de Madrid del 11 de octubre al 17 de noviembre 2017


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