Carta a los socios de Antonio Onetti, presidente de la Fundación SGAE y miembro de la Junta Directiva
Estimados socios y socias:
Hoy he comunicado al secretario general de nuestra entidad mi renuncia como miembro de su Junta Directiva y como presidente de la Fundación SGAE, cargo en el que permaneceré en funciones hasta que pueda ser relevado.
Los motivos que me llevan a esta renuncia son estrictamente profesionales y carecen de cualquier intencionalidad política, por lo que ruego encarecidamente que no sea malinterpretada a favor ni en contra de nada ni de nadie. Durante casi dos años he podido compatibilizar con mi desempeño profesional mi actividad en la Junta Directiva y mi responsabilidad como presidente de la Fundación SGAE, actividad que no conlleva remuneración económica, pero circunstancias ajenas a la entidad me obligan a concentrar a partir de este momento todos mis esfuerzos en mis actividades como autor.
Ha sido un honor y un placer representar a los autores y a la institución a lo largo de este periodo en el que he tratado de trabajar por SGAE, su fundación y sus socios con la mayor entrega y honestidad. Pido perdón por los errores que haya podido cometer, pero os aseguro que siempre he obrado procurando lo mejor para la entidad, por encima de cualquier otra consideración.
Deseo expresar mi gratitud al presidente y a todos los compañeros que representan a los autores y editores en nuestros órganos de gobierno, así como mi mayor admiración por todo el personal de esta casa, muy especialmente el de la Fundación SGAE, con su director general a la cabeza, cuya extraordinaria labor he podido comprobar a lo largo de estos dos años trabajando codo con codo con tantos magníficos profesionales de la gestión cultural.
Fruto del trabajo de estos casi dos años queda la profunda reorganización y cambio de denominación de la Fundación SGAE, la redefinición de sus objetivos y programas a fin de recuperar sus fines originales, plasmados en el presupuesto y el plan de actividades para el año 2014 recién aprobado por unanimidad por el Patronato, así como la normalización de las ayudas y becas que ofrece la fundación para que todos sus socios puedan acceder a ellas en igualdad de condiciones y con garantías de imparcialidad en su concesión. Por el contrario, lamento no haber podido completar el proceso de desinversión de Arteria, por la dificultad inherente a la enajenación de unos activos tan particulares, pero estoy convencido de que el proceso camina ahora en la dirección correcta y muy pronto tendremos buenas nuevas.
Como socio seguiré defendiendo una entidad en la que creo y considero necesaria para la cultura en nuestro país y en la defensa de los derechos de los creadores. Y como profesional y como autor seguiré trabajando en el cine, el teatro y la televisión, en la seguridad de que volveremos a encontrarnos y a colaborar juntos en futuros proyectos.
Un fuerte abrazo a todos y a todas.
Antonio Onetti
