Cartón Village/Teatrapo
Crítica del Festival de Teatro de Badajoz
UN DELICIOSO “CARTÓN VILLAGE”
El menguado Festival de Teatro de Badajoz de este año ha llegado ha su mitad con espectáculos de tendencias teatrales que, a mi entender, no han sobrepasado los limites de lo interesante, lo curioso o lo puramente experimental. Sus montajes, discutibles por paradójicos en la historia de este Festival, no han ido más allá de los logros formales del teatro comercial -“Humo” y “La señorita Julia”-, de la mediocridad -“Carnaval”-, de la simpleza -“Cantos de amor”- y de la falta de ideas en casos como Comediants, antaño paradigma de creaciones valiosas en espectáculos teatrales y parateatrales de animación y provocación, necesitado ahora -“Gran secreto”- de una mayor ambición textual.
Sorprendentemente, ha sido un espectáculo extremeño el que, hasta el momento, ha logrado trasmitir y devolver esa ilusión teatral a los amantes del Festival. Se trata de “Cartón Village”, de Teatrapo, precisamente una reposición -homenaje a los 20 años de trayectoria de la compañía villanovense- del espectáculo “Vagabundos”, que lleva casi 14 años representándose por los escenarios extremeños y del país. Y que, además, ya se representó en el López de Ayala hace 12 años, en sesión de temporada y con poco público.
“Cartón Village”, en dramaturgia de José Fernando Delgado, alma y “todo terreno” teatral de Teatrapo, experimenta y consigue para el espectáculo una hermosa fábula sin palabras, bastante completa en lucimiento y en equilibrio con el mundo imaginativo y humano de dos vagabundos que se conocen en la calle, y que en sus relaciones de compañerismo entremezclan inspiradas situaciones de comicidad, sentimentalismo, ternura, poesía y drama, reflejando una profunda problemática moral que adquiere un carácter marcadamente denunciatorio.
La puesta en escena, donde se aprecia una disciplina estilizada, es del conocido actor y director Sergi López, quien despliega un abanico de recursos expresivos y exactos del clown mediterráneo (pero aplicado en la línea del cine mudo interpretado por Chaplin y Keaton), logrando un ágil y armónico desbordamiento escénico entre el humor y las ideas, que es lo que convierte el espectáculo en una delicia para el público. En la interpretación, José Fernando Delgado (que también hizo el mismo papel en sus inicios junto a un genial Esteban G. Ballesteros), en el personaje de Bag, y Chema Pizarro, en el de Bumd, sintetizan lo mejor de sus caracterizaciones físicas y se lucen en frenético y vital conjunto con una bien construida vía de acciones ininterrumpidas, de movimientos, gestos y matizaciones acusadas del talento de los mimos. Y también, deleitando con todo un lirismo expresivo en las voces guturales y onomatopéyicas de los personajes (el dominio del “granmelot” de los clowns, originario de los juglares medievales y de personajes de la Comedia del Arte).
El público del Festival homenajeó la calidad de este “clásico” de Teatrapo con encendidos aplausos.