Un buen menú
Dos parejas de viejos amigos. Karen y Gaby. Bea y Tomás. Dos matrimonios acomodados. Una cena a la que Tomás no puede acudir. Comida sofisticada y anécdotas del último viaje a Italia de la pareja anfitriona. Sólidas relaciones de amistad y complicidad, tejidas desde hace muchos años. De repente estalla la bomba emocional, lo inesperado: Bea confiesa a Karen y Gaby que Tomás la deja, que se separan y se marcha con otra mujer con la que tiene una relación desde hace seis meses. El shock, la incredulidad. La bomba produce su efecto, genera una onda expansiva que va resquebrajando la solidez de ese microcosmos de amistad aparentemente perfecto, y altera de manera definitiva la manera en que cada uno mira a los otros.
Este es el material dramático con el que el dramaturgo estadounidense Donald Margulies construye un relato cuyo argumento resulta poco novedoso pero con una buena arquitectura teatral. Diálogos ágiles, equilibrio entre lo cómico y lo dramático bien medido, buena progresión dramática, personajes, caracteres y sentimientos, consiguen convertir lo cotidiano en una sugerente historia, que sin embargo, termina resolviéndose sin el gancho que tiene en su inicio.
Daniel Veronese ha planteado una puesta en escena sobria y realizada con gran limpieza. Convierte en chispeante la agilidad de los diálogos, por medio de un ritmo rápido en el que las réplicas se pisan a otras, se atropellan sin perder claridad y acercándonos al habla cotidiano, de la calle. Ese naturalismo en los diálogos contrasta (y enriquece la propuesta escénica) con un uso del espacio altamente teatralizado, dividido siempre en dos zonas: una en la que se desarrolla la acción (dividida a su vez en otras dos) y otra en la que los actores esperan el momento de su entrada. Las transiciones están bien resueltas con mutaciones a la vista del público. Maneja bien las situaciones más cómicas, logra intensidad en las más dramáticas y consigue un logrado equilibrio entre ambas. Tanto unas como otras resultan creíbles y llegan al espectador con claridad.
Hay un buen diseño escenográfico y de iluminación, y un sobresaliente trabajo interpretativo que hace que las situaciones funcionen, que los personajes se llenen de vida, que las emociones se sientan y que el público se interese por lo que sucede en escena.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón 7 de diciembre de 2013
Obra: CENA CON AMIGOS
Autor: Donald Margulies.
Compañía: Gloria López Producciones.
Intérpretes: May Pascual, Gloria López, José Olmo y Orencio Ortega.
Escenografía: Ana Garay.
Iluminación: osé Manuel Guerra.
Vestuario: Carmen de Giles.
Versión y dirección: Daniel Veronese.
Teatro del Mercado (Zaragoza)
5 de diciembre de 2013
