Foro fugaz

Censura Colectiva

¿Los muchos pueden censurar? ¿Impedir que un espectáculo se presente? ¿Se puede censurar con buena conciencia, creyendo que se hace un bien? Pueden, y vaya que pueden, aunque sus argumentos sean egoístas y equívocos. 

El dramaturgo canadiense Robert Lépage y la compañía francesa Théâtre du Soleil son las últimas víctimas de las redes bien pensantes, de un deseo reivindicativo que ataca lo que no les parece sin escuchar razones, o que sigue sólo la voz de su propia sinrazón. El principio del encono está en el proyecto de obra Kanata de Michel Nadeau y del propio Lepage, que narra la tragedia de los indígenas canadienses hasta su situación actual y que debía presentarse primero en Montreal y después en París con la compañía que dirige Ariane Mnouchkine. ¿Cuál fue el problema? De acuerdo con las asociaciones indígenas canadienses el conflicto se presenta cuando ningún sobreviviente de estos grupos fue integrado en el elenco de la obra. Un argumento absolutamente irracional que haría que la tragedia griega sólo fuera representada por actores griegos, las obras de Shakespeare con tema italiano, por actores italianos, o el teatro español, sólo por españoles. 

Pero además está el trabajo de una compañía como Le Théâtre du Soleil cuyo trabajo es internacional y colectivo. No se integran actores al elenco por cuestiones de reparto. En una nota el dramaturgo Michel Nadeau coautor de Kanata explica lo que es la compañía que dirige Ariane Mnouchkine:

La idea rectora del Théâtre du Soleil es que el teatro unifica a los seres humanos más allá de sus diferencias. Por esta razón los actores de la compañía no se consideran franceses, chinos o iraníes, sino artistas sensibles a todas las historias o culturas humanas. Por la misma razón el Théâtre du Soleil se ha interesado en Japón, la India, Camboya, entre otras culturas, a través de grandes formas artísticas, la mayoría venida de Oriente. Así que cuando Robert (Lepage) les presentó la situación de los Pueblos Originarios de Canadá y lo que han padecido, los brasileños y los australianos reconocieron lo que pasa en sus propios países; los afganos que huyeron de los talibanes se identificaron con esta historia de represión; de igual manera que los armenios y los otros. La situación de los aborígenes canadienses se ampliaba y se convertía en la metáfora de la tragedia de la pérdida de identidad de los pueblos. 

(…) El Théâtre du Soleil, es una compañía con un modelo único en Europa. No contrata actores por algunos meses, para un espectáculo, como ocurre en todo el mundo. Son unos treinta actores y actrices, de distintas nacionalidades —sin ningún aborigen canadiense— que trabajan todos los días, todos los meses, año con año, desde hace 5, 10, 15, 20 años o más.

Michel Nadeau (coautor de Kanata)

Una razón que los defensores de la cultura aborigen canadiense no quisieron escuchar, para ellos lo importante es que hubiera actores de sus etnias en escena. Ante la sinrazón Lepage y Mnouchkine prefirieron anular el espectáculo. Grave pérdida para el teatro impulsada por los nuevos censores que exigen organizar los repartos a su conveniencia. 

Lo mismo acaba de ocurrir con Scarlette Johansson que tuvo que renunciar a un proyecto de película (Run & Tug) porque debía interpretar a un trans y en las redes sociales exigían que fuera un verdadero trans quien ejecutara el personaje, desconociendo que el oficio de actor es precisamente ponerse en el papel del otro, a veces con mayor eficacia que el propio afectado. A este paso va a prohibirse a los actores del Kabuki representar a las mujeres, pues como podemos constatar hay muchas mujeres en el mundo que podría interpretar esos personajes. Lo que no sabemos es si podrían representar mejor a las mujeres que estos incomparables actores.   


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