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Circo de Nadal, Pandrama, Domitila y Amparo

El último espectáculo que he ido a ver en 2022 ha sido ‘O Circo de Nadal’ de Vigo. Después me fui a Becerreá, la puerta de Os Ancares, esas viejas montañas que parecen separar Galicia de Castilla-León. En Becerreá, Lugo, y en la aldea de mis abuelos maternos, Vilar de Ousón, he desconectado, un poco, de casi todo.

En esas fechas de, para mí, necesaria desconexión, reservé tres tardes para jugar con tres jóvenes, artistas en potencia. Anne Rodríguez Orol, de dieciocho años, que se está preparando porque quiere ser actriz, mi sobrinita Lía Rubiero Becerra, de ocho años, que ha comenzado este curso en el Conservatorio Profesional de Danza de Lugo, y su hermano Roi, de doce años, que está estudiando percusión en el de Música.

Estuvimos preparando la última presentación del 2022, del libro de piezas breves teatrales ‘Pandrama’, que me publicó en Abril Edicións Laiovento. Me hacía especial ilusión celebrar este libro en mi villa natal antes de que acabase el año.

Siempre he observado y sentido que la médula espinal de mi personalidad, para bien y para mal, se ha fraguado en Becerreá.

Allí y en la aldea de Vilar de Ousón, a tres quilómetros y medio, transcurrió mi infancia, adolescencia y primera juventud. Siempre he reivindicado el lugar concreto de donde provengo, por eso firmo casi todo lo que hago como Afonso Becerra de Becerreá, dejando el Arrojo materno para documentos y trámites oficiales.

También me hacía especial ilusión porque ‘Pandrama’ (Laiovento, 2022) sale veinte años después del primer libro que me publicaron, ‘Agnus Patris’ (Xerais, 2002), que fue la obra de teatro con la que gané el Premio Álvaro Cunqueiro para textos teatrales de la Xunta de Galicia, en el año 2001.

Veinte años parecen muchos, pero pasan rápido, sobre todo cuando haces lo que te gusta. Ese ha sido mi objetivo desde niño y he tenido la gran fortuna de que mis padres siempre me han apoyado e impulsado. Ahora mismo, escribiendo este artículo, para mi colaboración semanal en ‘Artezblai’, estoy haciendo lo que me gusta. ¡Ojalá el 2023 continúe siendo un año de realización personal y salud para todes!

También me apetecía presentar ‘Pandrama’, no como un libro convencional, si es que existen los libros convencionales, porque este, desde luego, no lo es. Pero no he venido aquí para hablar de mi libro, como decía Umbral con cabreo en aquel programa de televisión, montándoles un numerito a la presentadora y al resto de invitados.

No. He venido aquí para hablar de acción, de lo que sucede en los escenarios. Así que, el viernes, 30 de diciembre, a las 19h., en el minúsculo escenario de la Casa da Cultura de Becerreá (en la antigua escuela), en vez de acompañarme por un señor o una señora importantes del mundo de la literatura o el teatro, para hablar de mi libro, me acompañé de tres artistas en potencia, muy jóvenes, para jugar con tres de las catorce piezas breves que contiene ‘Pandrama’.

Así, con Anne, Lía y Roi preparamos un juego teatral, para compartir con el público que nos vino a ver, a través ‘Selfie’, ‘Una rosa entre las manos’ y ‘Domitila’. Las dos primeras sobre las relaciones que buscamos, que necesitamos, mediadas por la imagen que construimos en las redes sociales y en las Apps de contactos. Otra manera de ver el amor y la soledad. Y ‘Domitila’, una evocación documental sobre una amiga que luchó con las guerrillas antifranquistas, que fue perseguida, torturada y encarcelada por los fascistas. Sobrevivió a aquel horror durante la Dictadura, que se llevó su juventud física, pero, ya anciana, en Becerreá, en los ochenta y noventa, compartió conmigo su inquebrantable juventud mental.

Amparo Martínez Paz, bailarina y coreógrafa viguesa, que fue la pionera de la danza contemporánea en Galicia, la primera en participar en el I Certamen Coreográfico de Madrid y en irse a Nueva York a formarse y trabajar, está preparando una pieza de danza a partir de ‘Domitila’ y yo le estoy acompañando en la dramaturgia y la dirección. Ella ya llevaba trabajando meses y yo me he sumado en esta primera semana de 2023 y creo que va a salir algo muy potente y especial. Una pieza de danza contemporánea, bailada por una mujer de sesenta y cuatro años, evocando y reivindicando a Domitila. Una pieza sobre la delicadeza, la sensibilidad y la realización personal como armas de lucha. O más bien aún, como maneras de estar y de ser que pueden, sino cambiar, sí, por lo menos, mejorar el mundo, sin necesidad de conquistar poder, sin armas, sin fuerza, sin violencia, sin imposición, sin venderse… Desde la delicadeza, la sensibilidad, la escucha y la generosidad. Me gusta mucho empezar el año así.

Vuelvo a Becerreá, con Anne, Roi y Lía. Comenzamos, en ‘Selfie’, bailando un fragmento de la canción pop, frívola y comercial, ‘Me and You’ de Alexia, para divertirnos e ironizar. Y, sí, lo pasamos bien. Las tres piezas breves y la conversación fueron un éxito. Vino más gente de la que podría haber imaginado. Mae, la de la Librería Chus de Becerreá, se quedó sin ejemplares del libro. Y las vecinas y vecinos de Becerreá, incluso personas de fuera, que hacía años que no veía, nos demostraron su cariño y simpatía.

Y, sí, la acción escénica mola mucho, porque es un juego de participación asamblearia, comunal. La página del libro desaparece en la retroalimentación de ese juego, que es una fiesta para los sentidos, para la emoción y el intelecto. O, mejor aún, ahí, en esa fiesta que se abre desde los escenarios, intelecto y emoción dejan de ser dos cosas separadas, igual que lo femenino y lo masculino dejan de ser dos constructos separados, para experimentar una orgásmica (feliz) fusión. Así te lo digo, porque así lo he vivido.

¿Y antes de Becerreá? ‘O Circo de Nadal’ de Vigo, en la Avenida Castelao, barrio de Coia, de la ciudad olívica. Me gusta el circo y más aún si está producido e impulsado por Xandre Vázquez, un treintañero gallego, cuyo sueño, desde niño, era tener un circo.

No me digas que no es bonito ver cómo se cumplen los sueños de las personas, sobre todo cuando parecen tan extemporáneos. Parecen. Porque no hay sueño imposible, como Xandre nos demuestra.

Fui a una función escolar por la mañana, rodeado de personas de unos siete años y otras con diversidad funcional, síndrome de Down, etc. El espectáculo, un cuento de navidad alrededor de la Panificadora Viguesa y su supervivencia, una delicia. Las reacciones de aquel público, puras, sin filtros, súper contagiosas. ¡Un flipe, vamos!

Lo he contado en la Radio Galega, en el Diario Cultural de los viernes a las 10h45, en el que cada semana dedico unos minutos a hablar de espectáculos, y lo vuelvo a contar ahora. Números aparentemente tradicionales de circo, pero desde una perspectiva muy contemporánea y teatral. Un elenco internacional, como acontece en los equipos de la primera división de fútbol. Pero, en este caso, además de pasiones, el juego en la pista nos traía valores éticos y una energía edificante.

Creo que esta Navidad, con ‘O Circo de Nadal’ de Vigo y aquel público del 22 de diciembre del 22; con el juego teatral en la presentación de ‘Pandrama’ en Becerreá, el 30 de diciembre del 22, con Anne, Lía, Roi y las vecinas y vecinos; y los ensayos de la pieza de danza ‘Domitila’ de Amparo Martínez Paz, en la primera semana del 2023, ha sido la Navidad de recuperar al niño que aún da la lata dentro de este señor en el que, quizás, algún día, me voy a convertir.

P.S. – Artículos relacionados:

“Videodanza. Amparo Martínez Paz. Xián Martínez Miguel”. Publicado el 13 de abril de 2020.

“Un festival de piezas en proceso”. Publicado el 5 de diciembre de 2022.


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