La temporada operística alzará el telón mañana día 24 a las 20 horas y el domingo día 25 de octubre a las 19 horas con la ópera barroca “Clementina”. Este título operístico del año 1786 abrirá también Bilbao Estación Barroca, el ciclo dedicado a esta música que une cada año a la Fundación Bilbao 700 y al Teatro Arriaga para acercar al público la mejor música, los mejores intérpretes y las mejores composiciones del Barroco.
“Clementina” cuenta con la dirección musical de Andrea Marcon con dirección de escena de Mario Gas. Miguel Ángel Coso y Juan Sanz firman la escenografía y el vestuario es de Antonio Belart.
La Orquesta Barroca de Venecia revivirá la música de Luigi Boccherini. El actor Jordi Boixaderas, las sopranos Anna Chierichetti y María Rey-Joly, las mezzosopranos Cristina Faus y Amaya Domínguez, el tenor Juan Sancho, el actor Vicente Díez y el bajo João Fernándes integran el reparto. El público podrá disfrutar de esta producción de Fundación Caja Madrid los días 24 y 25 de octubre.
El libreto es de Ramón de la Cruz (1731-1794) y la música, de Luigi Boccherini (Lucca, Italia, 1743 – Madrid, 1805), quien tuvo una gran influencia den los músicos españoles del último cuarto del siglo XVIII, tras trasladarse a vivir a Madrid a los 25 años. Aunque aún se desconocen gran parte de su vida y obra, Boccherini fue compositor y músico de la corte del infante Don Luis y tuvo una gran repercusión en la música española de finales del siglo XVIII.
La acción de “Clementina” se sitúa en Andalucía en el siglo XVIII donde vive Don Clemente (Jordi Boixaderas), un viudo rico con sus hijas Clementina (Anna Chierichetti) y Narcisa (María Rey-Joly). En su casa se presentan una mañana el maestro de música, don Urbano (Juan Sancho) y el Marqués de la Ballesta (Vicente Díez). Pronto unos se enamoran de las otras pero, al final, descubrirán que Clementina no es hija de Don Clemente y sí hermana de Don Urbano. Las parejas terminan recolocándose y triunfa el amor.
ARGUMENTO
Don Clemente es un acaudalado caballero viudo que vive en Madrid con sus dos hijas: Clementina y Narcisa. Son educadas por doña Damiana y, entre otros pasatiempos, reciben lecciones de música de don Lázaro. El marqués de la Ballesta quiere desposarse con alguna de las dos señoritas.
Clementina no accede, ya que está enamorada de don Urbano, cuyo amor es correspondido. Mientras don Lázaro corteja a Cristeta, la criada. Pero don Clemente no accede a conceder la mano de Clementina a ninguno de los dos pretendientes y ante la tensa situación creada, se ve obligado a revelar a Clementina que ella no es hija suya, sino que fue acogida de niña en su casa tras haber fallecido su madre después de ser asaltada por unos bandidos.
Al oír la historia de cómo encontraron a Clementina, don Urbano se da cuenta de que se trata de su propia hermana que él creía muerta, renuncia entonces a su amor por ella y decide de inmediato pedir la mano de Narcisa. La nueva situación le permite al marqués pedir de nuevo la mano de Clementina y, para redondear un final feliz y pedagógico a la comedia, don Lázaro se desposará con Cristeta.
Un lírico encargo
“Clementina” es un encargo de la condesa viuda de Benavente al dramaturgo Ramón de la Cruz y al músico Luigi Boccherini. Los dos desarrollaron un ”divertimento de salón” para el tipo de público noble que la encargó, lo que convierte esta ópera en un reflejo de los hábitos, costumbres y ceremonias vacuas de la nobleza española. Nos habla de la identidad, algo de absoluta actualidad y modernidad.
