Festivales

Comienza el XXV Festival de Teatro de Manizales

Desde mañana, 29 de agosto, al próximo 7 de septiembre se celebrará el Festival Internacional de Teatro de Manizales, Colombia, un certamen que llega a la XXV edición sin muestras de cansancio ni agotamiento, pese a sus inevitables crisis presupuestarias, y a las polémicas de una iglesia vigilante y censuradora. Presentación de la XXV edición: «Un panorama en perspectiva nos permite vislumbrar que la recuperación de los espacios democráticos, el empoderamiento de la sociedad civil y la iniciativa de los artistas en alianza con los gestores culturales vinculados a las entrañas mismas del movimiento cultural lograron la generación de esos ámbitos privilegiados para el encuentro que son los festivales latinoamericanos.
Al pasar la barrera del milenio, con sus nuevos lenguajes, la mundialización de las culturas, los procesos de hibridación, la vertiginosa velocidad con que los medios digitales y audiovisuales transmiten al espectador sus mensajes, nos llevan a preguntarnos a todos los que nos relacionamos con el mundo de las artes de la representación, qué es lo que estamos haciendo aquí, en este mundo de la realidad virtual, desde nuestra arcaica y hermosa forma de comunicarnos a través de los gestos y las palabras.
Tal vez por esto nos gusta asomarnos al mundo desde la ciencia y la paciencia que nos dan las artes milenarias frente a los jóvenes insurgentes que irrumpen en los escenarios con un vigor inusitado, renovando las formas, y tal vez por esto hacemos festivales de teatro, concebidos como espacios para el encuentro, por que son necesarios, por que si no existieran habría que inventarlos.
En este panorama, el Festival de Manizales, irrumpe en escena con el vigor alucinado de los años setenta, aquellos de la palabra urgente y las utopías posibles, en que era posible vivir la aventura a la vuelta de la esquina.
Pero queremos resaltar la nueva época, la de la re-construcción de los sueños posibles, en la que un grupo de manizaleños y manizaleñas entendieron el valor de un símbolo y recuperaron para la ciudad y el país un evento convocante e incluyente, múltiple y diverso, que renació con el sígno de la diversidad como emblema y la participación en los procesos de desarrollo cultural de la ciudad y del país como meta.
El carácter protagónico en la escena latinoamericana le ha permitido al festival mantener su liderazgo regional, por ello, sin perder nuestro interés prioritario en América Latina nos proponemos la apertura internacional del Festival, que nos lleve de su mano hasta encontrarnos con un momento de convergencia del público, los creadores, los críticos, los programadores, y toda esa rica gama de vida inteligente que se mueve alrededor de un evento que saca del letargo cotidiano a una ciudad y a un país que conoce un momento de una riqueza cultural inusitada a la que contribuye un festival capaz de generar en los ciudadanos respuestas de participación abiertas, mucho más allá de los circuitos glamorosos del circo mediático.
Aquí reside la fortaleza del festival, en el constante redimensionamiento de su misión, en la revisión de su modelo año tras año, en la consolidación del concepto de Festival ligado a sus orígenes festivos, diferenciadores de la cotidianidad, espacio para la convergencia.
Esto es lo que proponemos para la vigesimaquinta edición de este festival, que involucre a lo mas relievante de la escena teatral contemporánea del mundo, la de la experimentación y la búsqueda de lenguajes subrayando la vigencia de la experimentación y la búsqueda de lenguajes, incorporando esas visiones de los procesos renovadores».

Toda la información y la programación en la Revista ARTEZ.


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