Conejillo de indias
En los años 70-80, mi país, Chile, fue un laboratorio a escala natural donde se pusieron en práctica las teorías económicas de la escuela de Chicago, con Milton Friedman como el sumo sacerdote portador del mensaje divino capaz de traerle un estado de felicidad al ser humano.
Nos impusieron con el razonamiento de los fusiles, el sistema donde, con el tiempo, el mercado lo regula todo. Durante demasiados años, el dinero plástico ha financiado una felicidad de plástico. Nos han hecho creer que la felicidad se compra, no que se construye cultivando los afectos.
Puedo comprarme un yate pagado en cuotas a 20 años, pero solo lo puedo disfrutar si cuento con una tripulación de amigos para navegar.
Resultado; el yate, más temprano que tarde, sale a remate por la falta de pago de las cuotas y no tengo ningún amigo capaz de ayudarme.
Hoy, al leer a Noam Chomsky, un lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense, profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y considerado como el pensador, filósofo, lingüista y sociólogo más importante de la era moderna, me parece que la situación del laboratorio, esta vez social, se está repitiendo.
Según Chomsky, las 10 estrategias de manipulación masiva son:
1.- DISTRACCIÓN: a la masa se le entregan cosas como el fútbol, la telerrealidad o noticias que parecen más importantes que las que de verdad.
Pan y circo.
2. PROBLEMA-REACCIÓN-SOLUCIÓN: de manera premeditada los gobiernos y el poder dejan de atender un problema. Se transmite que la solución debe externalizarse. Ellos mismos proponen el arreglo a ese problema que han creado.
A propósito, se empeora un servicio público, para justificar su privatización.
3. GRADUALIDAD: las subidas de impuestos o la reducción de los derechos laborales se hacen poco a poco, haciéndolos imperceptibles. Cuando nos damos cuenta, ya es tarde.
4. DIFERIR: se toman decisiones perjudiciales en el momento, prometiendo que reportarán beneficios a futuro. Los beneficios nunca llegan y terminamos acostumbrándonos sin rechazar la nueva y perjudicial situación generada.
5. INFANTILIZAR AL PÚBLICO: los medios de comunicación tratan al público de manera infantil y paternalista con el objetivo de anular su pensamiento crítico. Lamentablemente funciona.
6. APELAR A LAS EMOCIONES: la manipulación emocional juega con la parte sensitiva de los cerebros para no estimular la reflexiva. Anulando la racionalidad nos quedemos con un mensaje global y no con los elementos específicos que esconde.
7. CREAR PÚBLICOS IGNORANTES: la ignorancia es la peor arma de destrucción masiva que hay; crear brechas entre la educación pública y la privada es un proceso común. Se sigue ridiculiza a «los ratones de biblioteca», en películas y series. Ser inteligente o inquieto es sinónimo de ser un perdedor en la estructura social.
8. PROMOVER PÚBLICOS COMPLACIENTES: se promueven estilos de vida superficiales imponiéndonos modas, que es a lo que debe aspirarse. Así se matan 2 pájaros de un tiro; se crea un rebaño dócil, y una sociedad de consumo necesaria para mantener la maquinaria capitalista.
9. REFUERZO DE LA AUTO CULPABILIDAD: se hace creer a las personas que sólo ellas son las culpables de sus problemas. Si nos hacen creer que nuestro entorno es idílico, un fallo en nuestra economía personal o un fracaso laboral es sólo culpa nuestra.
10. CONOCIMIENTO MINUCIOSO DEL SER HUMANO: la ciencia y la psicología han recopilado mucha información sobre el comportamiento humano, información privilegiada usada sólo por unos pocos en beneficio propio, porque sólo unos pocos tienen acceso a ella. Otro ejemplo de como la ignorancia del pueblo favorece las acciones de los que están en el poder.
No quiero ser un conejillo de indias con el cual demostrar teorías de laboratorio, pero es demasiado evidente que lo soy.
Chile se ha vuelto a convertir en un laboratorio con seres humanos.