Críticas de espectáculos

Confesiones de un payaso del alma

Espectáculo estrenado en el Festival de verano Grec 2024_Barcelona, decidí ir el pasado lunes 24 febrero, sabiendo que la obra estaría asentada en los actores, claro. Y así fue. Tota aquesta por que ara tinc (Todo este miedo que tengo ahora) es una apuesta generosa por parte de Guillem Albà. Hechos los bolos que le preceden, puedo ahora distinguir mejor qué me gusta y no de los actores, qué me gusta y no de la dirección, qué me gusta y no de la obra.

Hay que destacar, y no puedo ya aguantarme más para decirlo, que es sublime y me resulta estremecedor el coraje con el que Albà afronta el momento. Remueve en nuestro cuerpo su planteamiento de fondo. Al acabar la obra vienen ganas de abrazarlo, abrazarlo muy fuerte y callar. Os confieso que incluso soñé con ello.

“Es necesario que un caballo muera para que nazca otro”, y esta frase, así de repente lanzada por Albà me trasladó al universo del espectáculo de danza «Double Infinite de la Cia.Mal Pelo, por lo que ese marco de profundidad me fue penetrando de forma locuaz e imprevisible. “Dormir, quizá soñar”, y esa penumbra de doble sentido fue constante. Así de entrada, por eso, quiero destacar el contraste entre la confesión que se aceleraba del personaje con la estética fría del espacio escénico creado por Judit Colomer, que tuvo un gran acierto. En cambio, la luz planteada por Jou Serra fue demasiado discreta y neutra, dicho de otra manera, me faltó más agarre y contraste de sombras, incluso algún recorte, yo quitaría cada vez que había luz general, más atrevimiento dramático a través de la iluminación, pero sin caer en inventos.

Sigamos. Destaco la plasticidad y calidad del gesto de Guillem, que Andrea Jiménez debería haber aprovechado sin reparos. No lo aprovechó, y quizás no lo quiso aprovechar. Me gustó el trance no cómico que supo sacar al actor, eso sí, pero me sobró la suciedad de trato del personaje femenino. Es decir, si quieres que el trabajo de Aitana Giralt aparezca desenfadado, autoritario incluso, y atrevido, que sea todo eso, que es lo mismo que decir que vale la pena sacar el clown que lleva dentro Giralt, pero no hacerla caer en una caricatura guarra de lo que es el descaro. Había momentos gratuitos e innecesarios para contar el proceso de los dos personajes. Por otro lado, debo decir que el personaje femenino me lo imagino con una actriz de más edad.  Y en toda la obra, esa intervención del personaje de la Muerte debería ser mucho menor para que resultara simbólico, y así eficaz.

«Hago de actor», dice Albà, y allí es donde entre gags acertados sobre los dejes de los actores, se abre el discurso filosófico (que te llevas a casa) de qué es y quién es un actor. ¿Qué somos si desplazamos nuestro personaje laboral? ¿O todo se ha de fundir en uno?¿Qué hay más allá de poner o no consciencia en tu profesión?¿Todo ello es importante si es tu último día en vida? Uf. Todo intenso.

Y aprovechando, decía, la plasticidad de Albà, la dirección se podría haber arriesgado en añadir más silencio y más gestualidad. Delicioso sin igual el momento en que la Muerte se abraza en alto al cuerpo de Guillem y le rodea su cuerpo, mientras éste gira lentamente. Silencio. Un precioso instante cinematográfico que podría haber estado en más momentos.

El humor, claro, atraviesa la obra “¿Ahora tenemos que hacer terapia muriendo, también?”. “La vida no es fácil. ¡Toma titular!”. Se denota la calidad siempre presente.  No sé si me gusta, pero afirmo que el vestuario de Joana Martí tiene acierto.

“Si no habláramos, nos entenderíamos más”, bravo ese elogio al alma, a la mirada, a la piel.

Las breves intuiciones musicales también podrían haber sido más atrevidas.

Pero me quedo con el aire general y concreto del gesto de Guillem, insisto, de sus confesiones (sea personaje o sea real), y de su mirada madura que busca más caminos sin perder su fantástica personalidad. Personalidad, Guillem, que no necesita de inventos desde dirección sino la veracidad de tu propio trayecto. Gracias Guillem por este trabajo.

Seguiré soñando con ese fuerte abrazo callado, que todos deberíamos darte.

Anna Jarque

Obra: Tota aquesta por que ara tinc

Creación y Dramaturgia: Marc Angelet, Andrea Jiménez, Guillem Albà.

Interpretación: Guillem Albà y Aitana Giralt

Espacio Escénico: Judit Colomer.

Iluminación: Jou Serra.

Vestuario: Joana Martí.

Dirección: Andrea Jiménez.

Una producción de la compañía GUILLEM ALBÀ y el GREC Festival de Barcelona.

Sala Atrium, Barcelona – Febrero 2025.


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