Desde muy adentro
Tras el ajetreado ritmo del día a día, las mujeres tenemos asumido ese ritmo como natural. Así, sin más. Sólo se me ocurre silencio y expectación. Antes y después de la obra. Ahí cada una se lleva lo que quiera, se refleja en ese espejo teatral o sólo percibe teatro sin más, que no es mi caso.
«Conillet» (Conejito), con el fantástico texto de Marta Galán Sala consigue los mejores ingredientes con los que se pueda cocinar esa obra: el texto, la dirección, la actriz, y escenografía, luz y equipo todo. Ingredientes de lujo. INGREDIENTES DE TEATRO. Glupps, «Ingredientes de Teatro», que siempre me corrigen que no se lleva lo de escribir en mayúsculas.
Galán documenta de realidad, de grises, de chispas, de frenesí y de agotamiento el texto que pone sobre la mesa esa «superwoman» que va cohabitando en las mujeres de manera escandalosamente natural. Un texto que sin cargar dramatismos precisamente lo es por su perversa cuotidianeidad. El ahogo que sufre el personaje todavía ahoga más al ver que este no se rinde y, como dice el texto, como el conejito de Duracell, sigue y sigue y sigue y sigue andando, con la morbosidad que nunca parará puesto que no necesita pilas.
Marc Martínez, buen actor, firma esta vez la traducción, dirección de escena y adaptación. Marc asume con madurez y contundencia el retrato de la mujer real, pero a su vez concedida al lenguaje teatral, por lo que demuestra un gran dominio en ambos terrenos, puesto que no deja ninguno de ellos en mayor valor. Mujer, teatro y realidad van cogidos de la mano a lo largo de toda la obra. Con autenticidad, rigor y pocos silencios, todo ello muy bien respirado; oxígeno para que las llamas de ese fuego que narra el personaje sea ahora de gran embegadura ahora chispas igual de iluminadoras y abrasadoras. Gracias Marc, por esa entrega sin esnobismos gratuitos.
Gracias mayúsculas también a Clara Segura. Todo ese texto, esa dirección y ese fuego sólo es posible con Clara, que ya muestra su fuerza al calentar y preparase para la obra, puesto que lo hace en público. Siempre he considerado una pequeña falta de respeto a los intérpretes hacer que éstos estén ya en escena mientras el público ocupa la platea. Esta vez acepto el regalo y, espero, que con el consentimiento de la actriz! Y es que no conocía yo toda la formación en la danza que demuestra Segura al calentar (queda pendiente, ahora ya no espero más, una entrevista en profundidad, estoy esperando ya años, y pasan volando). Es difícil encontrar un buen bailarín que sea buen actor, y un buen actor que sea bailarín. Y Clara lo es, su cuerpo es fuerza, emoción, físico y pasión cuando libremente se prepara en el suelo, creciendo, saltando y agarrando al personaje para que se le meta dentro y sea ella, Ella. Clara acaricia pausas haciendo guiños, domina el detalle sabiendo el medio, es decir, ese detalle no lo cuenta cinematográficamente sino teatralmente, es una bestia de los lenguajes. Clara se abre, se entrega, recita, vive y se enfada y se ríe. Clara entrega sus paseos por el escenario con la ligereza de la verdad camuflada, con el peso de la realidad desnuda. Y ella se desnuda y narra. Gracias, gracias.
El elenco de la obra con la escenografía de Andújar, original, arriesgada y muy pensada; las luces de Calonge, exactas, detallistas y sin miedo; y el vestuario de Tusal, acertado y exacto a la evolución de la entrega del personaje; todos ellos, están a la altura y enmarcan esta obra de gran calidad y éxito asegurado debería estar en todos los carteles de aquellos teatros que primen la calidad y la verdad.
Anna Jarque
Título: Conillet – Autora: Marta Galán Sala – Dirección, traducción y adaptación: Marc Martínez – Intérprete: Clara Segura
Escenografía: Carlos Andújar. Iluminación: Eusebio Calonge. Vestuario: Nidia Tusal. Espacio Sonoro: Àlex Polls. Edición Musical: Fluren Ferrer. Ayudante de dirección: Daniela Feixas – Producción: Bitó Produccions – Teatro Romea, Barcelona – Festival Grec, julio 2016
