Conocimiento a medias
Dos características fundamentales tiene la contemporaneidad, que se convierten en obstáculo a la paciencia con la cual debe contar quien emprende un proceso de aproximación al conocimiento. Son estas dos características: la velocidad y la competencia.
Es muy importante, por eso. andar con cautela, cuando de establecer contacto con el conocimiento se trata, porque existe un caudal informativo que se desplaza a raudales y pasa por nuestro lado produciendo una impresión de abundancia de conocimiento y de facilidad para adquirirlo, y nos da al mismo tiempo la sensación de tener a mano todos los elementos cognitivos necesarios para comprender pronto un suceso, enfrentar una discusión o discernir sobre un tema en particular.
Hoy en día todos tenemos una sensación infinita de saber, que nos brinda una cierta seguridad de opinión, que en ocasiones nos lleva al exceso del discurso, dando relieve a las formas y descuidando los contenidos y los conceptos. Las palabras van y vienen sin control, y muchas de ellas han perdido su connotación social, porque ya no son imprescindibles en el establecimiento de las relaciones personales, debido a que han surgido nuevas formas de interacción asociados a nuevas formas de sentir y percibir la vida.
Es importante andar con cautela cuando de adquirir conocimiento se trata, y tener en cuenta la velocidad de respuesta y elección exigida por la contemporaneidad, porque éstas crean una ansiedad en la búsqueda de resultados que nos llevan a aplicar técnicas o a asumir conceptos que no se hallan consolidados por la práctica y el debate y por ende a desechar el conocimiento heredado sin haber hecho un reemplazo responsable del mismo, tal como debe suceder en un proceso de desarrollo coherente en donde lo que sucede por fuerza debe ser superior a lo que antecede.
Nunca antes nos había parecido tan sencillo adquirir conocimiento y ese parecer ha hecho que discutamos sobre toda materia, dando por cierto lo primero que se nos ocurre, sin confrontarlo.
La sensación actual que vivimos, relacionada con la adquisición de conocimiento, por el simple hecho de hallarse la información desparramada por la web, nos ha vuelto atrevidos en la discusión, hasta el punto de considerarnos con capacidad para enfrentar cualquier tema, porque cuando escasean los argumentos podemos acudir a ellos haciendo unos pocos clics, para llegar a lugares que por su popularidad ya se encuentran patentadas como las fuentes seguras del saber.
El apuro, en la adquisición de conocimiento es una consecuencia del estado de competencia en que han entrado las actividades humanas cuya búsqueda no está ya relacionada con el hallazgo de soluciones colectivas, sino para dar satisfacción a ciertas aspiraciones individuales como el aplauso, la nombradía y la lógica conquista de poder que sobreviene después de uno y otra.
Esta sensación de facilidad en la adquisición del conocimiento se ha hecho extensiva, igualmente, a muchos de quienes, por cierto con suma irresponsabilidad, suplantan, sin atender a procesos y buscando sólo resultados de inmediatez, actividades artísticas, tradicionalmente ejercidas al amparo de procesos creativos de error y ensayo, aplicando técnicas de improvisación vacía, que es como llamamos a la improvisación sin objetivo y por lo cual el arte ha dejado de tener una función social explicativa.