Coreografía impresionista. Raimund Hoghe
Jugar con un disco de vinilo lanzándolo y haciéndolo girar, situándolo delante del rostro, como una máscara oscura. Escuchar canciones paradigmáticas de Judy Garland, escuchar fragmentos de diálogos fílmicos… y dejar que la evocación de las voces se expanda e inunde el escenario vacío. Dejar que se impregne sobre la presencia sui géneris de RAIMUND HOGHE, con su limitada motricidad debida a una malformación congénita de la columna vertebral.
Observar a quien fue dramaturgo de Pina Bausch durante una década evolucionar por el escenario escuchando las voces de Judy Garland e invocándola, en un homenaje para el cual Raimund Hoghe se presta como un canal abierto.
Con su estatura pequeña, quizás un metro cincuenta, su espalda encorvada, su manera de caminar con los pies hacia adentro, sobre unos tacones negros, con una falda negra y un jersey también negro, sobre el linóleo blanco del suelo y con un telón negro de fondo, sin cambios de luz, Raimund Hoghe, nos hace transitar por diferentes pasajes sonoros que se tornan estados anímicos.
Las piernas, los antebrazos, las manos y el rostro desnudos contrastan con la negrura de las ropas y el fondo, entre sobriedad y luto de tragedia.
Las extremidades y el rostro marcan posiciones y gestos que se mantienen hieráticos o evolucionan hacia una coreografía de signos crípticos en relación a los temas musicales y a los diálogos.
Los cambios de ropa y otros elementos de atrezo, gafas oscuras, bolso de mano, papel naranja para envolver la cabeza, chaquetón naranja, velos y chales… añaden y transforman la imagen sin ocultar a la persona escénica que se nos ofrece como receptáculo de otras presencias.
La ironía en las miradas y algunas poses, el humor en la escena con el fotógrafo, en la cual Hoghe se retrata con el disco fetiche, ofrece contrastes y guiños respecto al tono en el que predomina la soledad y el luto.
AN EVENING WITH JUDY, estrenado en Portugal en el Teatro Municipal do Porto Rivoli, el 1 de mayo de 2015, es una producción de Raimund Hoghe – Hoghe & Schulte GbR (Düsseldorf), Cie VENTO (Paris), Judith Jaeger y Les Independances. Una coproducción del Théâtre Garonne de Toulouse, Theater im Pumpenhaus de Münster y Tanzhaus nrw de Düsseldorf.
Dos horas de pasajes musicales y sonoros que generan atmósferas en las que surge la figura espectral, multifacética y con un halo trágico, a la vez que colorista, de la actriz Judy Garland (1922-1969).
Una figura que está en el centro de un mito contemporáneo, arquetipo de la muñeca rota.
Una artista que comenzó de niña a trabajar y se hizo mundialmente famosa con el papel de Dorothy en «El Mago de Oz» (1939), por el que recibió un Oscar. Con la Metro-Goldwyn-Mayer realizó más de veinte películas. En 1954 protagonizó «Ha nacido una estrella» por la que ganó el Globo de Oro a la Mejor Actriz de comedia musical. Estuvo casada con el director de cine Vicente Minnelli con quien tuvo una hija, la también actriz y cantante Liza Minnelli. Padeció problemas psicológicos, adicciones y también complicaciones económicas y murió prematuramente de una sobredosis de medicamentos a los 47 años.
La fragilidad y la fuerza de los personajes que encarnó Judy Garland encuentran un cierto paralelismo en la propia presencia de Raimund Hoghe.
Hoghe ya había realizado un solo en 1994 titulado «Meinwarts» sobre la historia del tenor judío Joseph Schmidt, perseguido por los nazis y que acabó muriendo en un campo de concentración en Suiza, después de una vida de adversidades y marginaciones por causa de su aspecto físico, su orientación sexual y su origen.
En 2007 Hoghe realiza otro espectáculo-homenaje titulado «36 Avenue Georges Mandel», que fue el lugar en el que murió sola, de un ataque al corazón, la cantante y actriz María Callas.
AN EVENING WITH JUDY vendría a completar una especie de trilogía sobre seres brillantes y excepcionales, estrellas que, proyectadas sobre la figura de Raimund Hoghe, muestran su lado más anti-normativo, fuera de los cánones de belleza y perfección difundidos desde los escenarios, las pantallas, el comercio, etc.
La deformidad física de Raimund Hoghe cobra una belleza única que transforma su vulnerabilidad en poderío debido a la armonía de su estar en escena, a su comunión con la música.
En el solo AN EVENING WITH JUDY, Hoghe comparte algunas escenas con el bailarín Takashi Ueno. Pese al contraste morfológico de las dos fisonomías y de la enorme diferencia mecánica y dancística de sus movimientos, existe una armonía y un diálogo que generan unidad poética y humana belleza.
El cuerpo y la persona de Raimund Hoghe, en ese ser y estar escénicos abiertos, se impregna del halo invisible de Judy Garland que flota en las canciones y en los fragmentos de diálogos que suenan en off. Es como si la presencia frágil dispusiese un espacio vacío para ser habitado por los fantasmas.
La orientación de los movimientos y las miradas dibujan horizontes opuestos, y simétricos a la vez, cuando se dirige al foro negro o se encara con el graderío de la platea.
Con el tema mítico, de fuertes reminiscencias simbólicas, «Somewhere over the Rainbow», Hoghe se pone encima todas las prendas que ha ido vistiendo y desvistiendo y se agacha en una esquina. Después pinta los labios de carmín y hace poses mientras Luca Giacomo Schulte lo fotografía, como si fuese un «paparazzo». Saca el disco de vinilo y lo pone delante de la cara como una máscara. Limpia los labios con las muñecas y hace un paseo mostrándonoslas con sendas heridas rojas.
Un trabajo sin concesiones, sin efectismos teatrales o dancísticos, ceñido a la escucha y a la vibración de las evocaciones de diversos aspectos relacionados con la figura mítica de Judy Garland.
El 2 de mayo de 2015, también en el Teatro Municipal do Porto Rivoli, pudimos asistir a otro estreno en Portugal: QUARTET de Raimund Hoghe. Una producción de Raimund Hoghe & Schulte GbR (Düsseldorf) y Cie VENTO (Paris), en coproducción con el Festival Montpellier Danse 2015.
En esta nueva creación de 2015, Hoghe celebra el 20 aniversario de su compañía, para ello reúne en escena un elenco más amplio, con algunas bailarinas y bailarines que lo han acompañado en su carrera.
Comparten escenario junto a él, Ornella Balestra, Marion Ballester, Emmanuel Eggermont, Takashi Ueno, Luca Giacomo Schulte y Yuta Ishikawa.
En QUARTET los temas musicales forman el contexto del sentido de los diferentes pasajes coreográficos en osmosis con las diversas presencias y personalidades de cada miembro del elenco.
La música utilizada puede darnos una ligera idea del mosaico de colores y texturas, emociones y actitudes que, desde el universo sonoro, inundó la escena: Franz Schubert, Edvard Grieg, Georg Friedrich Händel, Johann Sebastian Bach, Irving Berlin, Fred Ebb, John Kander, Charles Aznavour, Domenico Modugno, Dolores Durán, Richard Rodgers interpretado por Busch Quartet, Liza Minnelli, Elaine Stritch, Jimmy Scott, Dalida, Roberto Murolo, Gigliola Cinquetti, Elly Ameling, Joan Sutherland, Hibari Misora, Rita Pavone, Sammy Davis jr., Marianne Faithfull, Victoria de los Ángeles y Zizi Jeanmaire.
La danza, en la concepción coreográfica de Hoghe, se extiende al gesto y a las posiciones aparentemente estáticas.
Hay una pulsión expresiva contenida muy poderosa en la conjunción del movimiento con la música.
Hay una atención especial a la temperatura y a las atmósferas creadas por los temas musicales, por las canciones y las peculiaridades de las voces.
En unos casos suenan en volumen bajo, casi como un fondo sonoro, en otros casos aumenta ostensiblemente en una acumulación intensiva.
La escucha y la comunión con la música, como fuente de contagio para empaparse de las sensaciones que cada cual experimenta, sigue la misma poética que pudimos observar en AN EVENING WITH JUDY.
Un ejemplo diáfano a este respecto es la escena en la que suena un tema de Liza Minnelli y los siete miembros del elenco se sientan en sillas mirando hacia nosotros mientras escuchan la canción y, poco a poco, comienzan a ejecutar una sutil danza de pequeños gestos con las manos y los brazos. Se trata de momentos de aparente quietud en los que la escucha es el movimiento del que surge, después, el movimiento visible de los cuerpos.
Ahí se adivina algo que los anima. Algo que los mueve.
«Life is a Cabaret» es uno de los temas finales. Todo cabaret es un collage de números diversos y algo similar acontece en este QUARTET, tanto en lo que atañe a las escenas, como en lo que atañe a los claroscuros biográficos sobre los que parece asentarse esta creación de aliento colectivo.
Celebración de la vida, no exenta de momentos melancólicos respecto a momentos pasados. Celebración de la unión en la diversidad.
Afonso Becerra de Becerreá.