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Creaciones las Cuatro Esquinas estrena en Mérida ‘El jardín del mundo’

La sala Trajano de Mérida acoge el 31 de julio (21.00, con entrada libre hasta completar el aforo) el estreno de la obra “El jardín del mundo”, escrita y dirigida por Memé Tabares, que presenta la compañía Creaciones las Cuatro Esquinas. El jardín del mundo habla de nuestro mundo con sus errores y sus virtudes, donde el ser humano puede llegar a realizar las atrocidades más horribles, pero a la vez, las obras más hermosas. Para crea este espectáculo que protagonizan los actores Esteban G. Ballesteros, Francisco Blanco y Maite Vallecillo, la compañía Creaciones las Cuatro Esquinas se ha basado “en testimonios reales de víctimas de la tortura, torturadores, médicos, psicólogos y en mujeres y hombres que han sido testigos directos” que les han servido para crear “un espectáculo comprometido con los verdaderos protagonistas de estas historias: los desaparecidos. Un humilde homenaje nacido del corazón. Un montaje que no dejará absolutamente a nadie indiferente. Teatro en esencia pura”.
Memé Tabares apunta como elementos de reflexión la existencia de jardines en sombra, jardines soleados, jardines de rosas y jardines de malezas, porque “todos caben en nuestro mundo. El mayor de los horrores puede florecer en un corazón generoso. Y viceversa. La tortura es, en nuestro mundo, quizás la espina más sangrante de todo el Jardín. Horror de horrores. Y, nosotros, almas que esquivamos el dolor, intentando comprender de qué oscura esquina surge esa semilla”.
La tortura puede que sea el acto más terrible que se pueda dar en la relación entre dos seres humanos. «Los demás, los que no hemos sido torturados, tendemos a mitigar y a abolir esta realidad para borrar su impacto. De la tortura nadie quiere saber ni puede creer».
La represión y la muerte por causas políticas son fenómenos subterráneos que ocurren sin testigos y en medio de la noche. Son hechos desmentidos por la autoridad y negados por la sociedad. Así, la tortura parece sólo tener realidad en las huellas físicas y psíquicas de los sujetos afectados o sus familiares. Pero la persona torturada es el testigo encarnado de una herida que concierne a toda la humanidad. Nos guste
o no. Lo sepamos o queramos ignorarlo.
“Con El Jardín del Mundo’ hemos buscado los caminos que conducen a esta herida, nos hemos sumergido en la experiencia inenarrable de la tortura, conscientes de que un horror así no puede mostrarse en un escenario sin que el público lo rechace y se defienda de él. Sí que hay que transitarlo en los ensayos y mostrar las gotas que ese tránsito ha destilado”, apunta Tabares.
La autora y directora señala además que este viaje a sido posible gracias “a la generosidad y a la valentía de los tres actores que lo llevan a cabo; a la poesía de Walt Whitman que, más de cien años después, sabe que sigue vivo y nos ha regalado justo los fragmentos de sus poemas que podían conciliarnos con lo que somos después de tanto dolor; a Ariel Dorfman por escribir ‘La muerte y la doncella’ e inspirarnos para entrar en esta experiencia, al dolor de todas las víctimas, las que volvieron y las que se quedaron en el fondo del pozo: los que desaparecieron en cualquier parte del mundo y se quedaron sin voz. Dagmar Hagelin, Sor Alice Domon… y tantos y tantos miles a los que no nombramos pero que habitan desde hoy nuestro corazón para que su voz reclame, al menos, la atención y la comprensión de una sociedad de la que, una vez, formaron parte. Ellos también pasearon por nuestras calles, comieron nuestro mismo pan, durmieron en las mismas camas que nosotros… Y, nosotros, los que no quisimos saber, les debemos la memoria de lo que fue su vida y su dolor”.
Por todas esas razones este espectáculo quiere ser, sobre todo, “un canto a la alegría que una vez inundó el cuerpo de estas personas, a la Luz que les habitó el pecho y al propósito que cada uno de sus actos tuvo mientras vivieron y después”.
El jardín del mundo
cuenta con la escenografía diseñada por Damián Galán, el vestuario ideado por Mayte Álvarez y la iluminación de Fran Cordero, mientras que Francisco Barjola ha sido el ayudante de dirección.


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