Cuarteto Teatro estrena en Toro ‘Drácula, anatomía del miedo’
La formación vallisoletana Cuarteto Teatro estrenará los días 12 y 13 de enero en el Teatro Latorre de Toro de Zamora su última propuesta titulada ‘Drácula, anatomía del miedo’. Una historia que habla de lo cotidiano, de las emociones producidas por el amor, la pasión, o el miedo. Bajo la dirección de Ricardo Vicente y Xiqui Rodríguez un equipo de nueve actores en escena nos mostrará un cóctel de emociones al público. Cuarteto Teatro se enfrenta a su segunda producción, a un nuevo reto: “DRÁCULA, ANATOMÍA DEL MIEDO”, dirigida por Ricardo Vicente y Xiqui Rodríguez, autores también de la versión. En este espectáculo conviven varias ramas artísticas dentro de un proyecto multidisciplinar: teatro, música, técnicas audiovisuales, formando un espectáculo global compacto y contemporáneo. Pero sigue siendo el actor el pilar protagonista encargado de acercar esta visión del mito terrorífico al público. Para ello, al igual que en el espectáculo anterior, en “DRÁCULA, ANATOMÍA DEL MIEDO” participa un amplio y cualificado equipo técnico y artístico, uniendo sus esfuerzos para contar una historia de deseos y frustraciones, de miedos latentes, reales e imaginarios, que sobrepasan las barreras del tiempo y del espacio.
Para esta Segunda producción CUARTETO TEATRO se embarca en el proceso en agosto del 2007, en el que el texto se va creando a través de un trabajo de INVESTIGACIÓN a partir de la novela de Bram Stoker. Un elenco formado por 9 actores y actrices envueltos por una limpia escenografía y un trabajo de imágenes multimedia de creación propia.
En “Drácula”, la novela de Bram Stoker, es significativo y revelador, y columna de nuestra dramaturgia, el miedo al que todos los personajes –sin excepción- están sometidos: miedos reales o imaginarios, e independientemente de quienes sean más víctimas o más verdugos, culpables o inocentes, todos están infectados por un sentimiento aterrador que les arrastra o les paraliza, les da vida o se la quita. Este miedo, antiguo como la humanidad, no ha cambiado, se ha ido aumentando.
En Stoker los sucesos están dados de una forma fantástica -¿irreal?- desde una narrativa trastocada por hechos y acontecimientos subjetivados por una fantasía desbordante. Nuestra visión es la que se produce “al otro lado del espejo”, dentro de un mundo menos fantasioso, donde el terror no es un juego y donde el miedo es un comportamiento vivo y activo, mucho menos literario que en los personajes stokianos. Aquí el terror se proyecta en blanco, a plena luz, donde se hace más consciente, más visible, y por lo tanto más temible.
“Drácula” es una historia de amor, ira y miedo. Y a todo lo que conducen esas emociones primarias, instintivas e irracionales, descontroladas. Este mito cruel y fascinante ha sido la base de inspiración y la excusa para crear una historia más directa. La revisión de la novela ha permitido descubrir que este relato gótico y fantástico, enmarcado en el siglo XIX, vislumbra conflictos, comportamientos y miedos fuera del tiempo, imaginando una historia atemporal y universal, contada a través de personajes de sangre, carne y hueso y relatando conflictos mucho más reconocibles por el espectador de hoy en día: epidemias, pandemias (contaminación de la sangre), la violencia, la intolerancia, la ciencia, la psiquiatría, la religión (siempre Dios), la muerte… conceptos universales entroncados en los temores de cada individuo…
En “Drácula, anatomía del miedo” los personajes cobran una fuerza más contemporánea siguiendo el hilo de los deseos y los miedos de las diferentes líneas dramáticas, entrecruzándose a lo largo de la función y uniéndose al final dando origen a la transformación del sueño objetivo y enmarcada dentro de una realidad menos fantasiosa y mucho más cruda, más real. No hay monstruos sólo seres humanos intentando sobrevivir.