Zona de mutación

Cuerpo a full

En el siglo XIX, el anatomista ruso P. F. Lesgaft crea la educación física y los lineamientos, protocolos o ‘drills’ de la gimnasia que por esos tiempos, generan el contexto en el que Meyerhold encontrará las condiciones para desarrollar su teoría subre una ‘biomecánica’ de creación. El cruce de la psicología de Pavlov, Luria, Vygotzky, permitió una interacción disciplinaria, con muchas y fructíferas consecuencias alternas a disciplinas equivalentes de ‘occidente’. Aunque es decisiva la influencia de una psicología psicoanalítica que poco a poco se hace hegemónica en el Oeste. El cómo se va gestando la imagen de un cuerpo subversivo, sería motivo para toda una investigación. Meyerhold tuvo una periódica relación con el Institute Lesgaft en el que supo coordinar muestras o compartir intercambios. Así como su relación con la psicología de Pavlov fue directa. El epigonismo que tanto criticó Meyerhold, es causa de que la evolución de los factores germinales de su teoría, no fuera seguida, como en rigor no lo fue tampoco en el caso de Stanislavsky. No obstante la ‘biomecánica’, en sentido general y como disciplina autónoma, en tanto por definición toma fundamentos de la física newtoniana, así como el impacto que como cultura causan la mecánica y ésta como factor de desarrollo de la tecnología, precisan una confrontación crítica a la luz de una historia interrumpida por la ‘desaparición’ de Meyerhold (que los papeles de la KGB posteriormente, confirmarán como objetivo crímen político), y el desmontaje de toda su influencia en la URSS de Stalin. Porque no hay que confundir el carácter revolucionario de una teoría estético-política, con relevarnos de pensar objetivamente alrededor de ella. Una buena teoría activa el pensamiento siempre. La aplicación de principios mecánicos trasladados a la escena, para la construcción de un pensamiento, de una reflexión, de una oposición al naturalismo implementado por decreto, permitieron a los constructivistas valorar la escena como el lugar inmejorable para la praxis de sus designios estéticos, lo que hubo de tener consecuencias no sólo a nivel de los trainings actorales sino sobre la pregunta respecto a la vigencia (o no) del mecanicismo como punto cero para una estética y disciplina actoral. Sería bueno saber qué le hizo el tiempo a la nueva imagen corporal. La generación de entrenamientos específicos siempre tuvieron la asechanza de la tecnocracia, el artificio virtuosístico (confusión de virtuosismo con arte) que en el terreno de la alta competencia, dio lugar luego a que la corporalidad fuera el territorio en donde se jugaban las guerras icónicas del nazismo (Olimpiada en Berlín rescatada por Leni Riefenstahl) y la posterior ‘guerra fría’ con estadísdicas a muerte entre los atletas de la URSS y los de EEUU. Aunque es pensable que la fuerte instrumentalización de lo corporal en la visión mecanicista, tendría su sosías en la ‘biotecnología’ actual y la utopía que nutre a las manifestaciones artísticas que se valen de la robótica, la biónica, la electrónica y demás tendencias post-humanas. Con lo que, se podría conjeturar, performers como Stelarc u Orlan serían pensables como la evolución lógica de aquellas ideas meyerholdianas, a la luz de una mutación del humanismo y una optimización que según estas búsquedas exceden lo natural biológico. La crítica del actor meyerholdiano supondría esta introducción a un debate que se consume en la espectacularización de los trainings (cosa que también ocurre con Grotowsky o Barba). Rescatar al cuerpo como escenario es una manera de adscribir a una política del cuerpo, que siguen anclando en él como las mujeres y el tema del aborto, las minorías gays y sus derechos, los niños haciendo trabajos de adultos, o los peones rurales de las multinacionales agrarias sometidos a trabajo esclavo, más todo un cuestionamiento a la lógica capitalista que lo diseña como instrumento alienado de la producción y la reproducción. El derecho a emplear el cuerpo incluye el derecho a enajenarlo en alquiler, como en el caso de vientres o de las trabajadoras sexuales. Pero es necesario ver cómo se construyen los cerrojos sobre un cuerpo, y el filtraje tanático para que no devenga organismo otro, para lo cual, válido seguirá siendo repasar lo que le ocurre en la instrucción militar, antes que en Full Metal Jacket en La Prisión de Kenneth Brown por el Living Theatre.


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