Críticas de espectáculos

Cyrano/Teatro Meridional

Esencia poética
Obra: Cyrano
Autor: Edmond Rostand
Adaptador: Julio Salvatierra
Intérpretes: Álvaro Lavín, Oscar Sámches, Marina Szerezevsky, Paloma Vidal
Vestuario: Lorean de Benito, Lucía Ramón-Laca
Iluminación: Luis Perdiguero
Dirección: Álvaro Lavín
Producción: Teatro Meridional
Lugaritz K.E. – Donostia – 10-07-03- Feria de Teatro
Conseguir reducir el amplio reparto de «Cyrano» en una obra que funcione con cuatro actores no es solamente un prodigio de síntesis, una espléndida labor de corte y confección, sino que al ver su puesta en escena es una paradigma de un trabajo dramatúrgico en donde se va hasta la esencia poética del texto y se consigue algo espléndido en su mismidad. Se trata de un gran trabajo de texto y un milagro de dirección, que se convierte en una filigrana interpretativa, tanto en su extensión como en su intensidad.
Es una lectura contemporánea del clásico, pero es un clásico por su propia realización. Es una propuesta en donde la teatralidad entendida como un todo, en donde partiendo del texto se llega a la interpretación y al espectáculo, se convierte en una atracción que lleva al espectador hacia el mundo fantástico de la poética escénica, del verso, del ritmo en la declamación, logrando con tres telas blancas sobre el escenario, un vestuario tan neutro como significante, y el trabajo actoral sobre una limpia puesta en escena y con un texto realmente eficaz, potente, que nos explica absolutamente todo lo que sucede en esta comedia dramática, o en este canto a la bondad, a la inteligencia, al amor desinteresado que se hace ente identificable en Cyrano, un soldado de espada rápida, pero de verbo encantador, de un físico nada agradecido que convierte en belleza con su palabra, capaz de enamorar por galán interpuesto a su amada.
Todo cuanto se pensó sobre el clásico Cyrano aparece aquí en un ejercicio teatral de primera magnitud. Un trabajo irreprochable en todos sus elementos, apostando Teatro Meridional por un teatro que lleva su compromiso estético en su propia forma de creación, y que vuelven a conseguir uno de estos espectáculos que definen un estilo, un lenguaje escénico, una dramaturgia, una poética escénica propia y atractiva para todos los públicos.
Carlos GIL


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