Diario de Unga Klara

Dar luz y forma a lo invisible

Estamos acercándonos al núcleo, a la nuez del espectáculo. Se nota en la duración de las jornadas, nueve horas, y sobretodo en la intensidad de las mismas. El miércoles nos estuvo grabando la SVT (la tv pública sueca) ya que van a elaborar un reportaje sobre la compañía.

Las dos partes del espectáculo van hilvanándose día a día, se va dibujando el camino cada vez mas nítidamente. Hay algo en Suzanne que es admirable. No he visto a nadie que tenga tanta habilidad para dibujar las transiciones entre las escenas. Desde mi punto de vista ésta es la parte más compleja de cualquier puesta en escena y donde más fácilmente se notan las carencias de un creador. Creo que a Suzanne le ayuda, evidentemente, la experiencia acumulada pero hay algo más. Se deja llevar por el espectáculo. Lee el escenario con una claridad enorme.

Yo no puedo, todavía, hacerme una idea de lo que tenemos entre manos. Los espectadores disfrutan. Comentan que es un vendaval de emociones. El humor y las lágrimas se entremezclan, dando lugar a una «masa» teatral intensa.

Comenzamos a vestir el espectáculo. Las luces van acotando los espacios y dando brillo a nuestros rostros. El sonido nos acompaña, dignamente, sin ocupar un espacio excesivo. El vestuario nos va modificando y las pruebas de maquillaje modulan nuestra expresión.

Mi sueco mejora. Voy, además, a disponer, para mi solo, de una de las grandes profesoras de voz que hay en este país para que me ayude a no tropezar tanto. Un lujo al que gustosamente hubiera renunciado en otras circunstancias, pero que recibo con alivio y agradecimiento.

Esta mañana Estocolmo amaneció limpio y con -16º. Cuando el sol, asustado, se asomaba entre las ramos pude, con ayuda de sus rayos, ver un polvillo brillante, suspendido en el aire, jugueteando. En un día nublado, o unas horas más tarde ya es invisible a los ojos. Supongo que es la humedad que se hace cristal liviano, mecido por el viento. He pensado que esos cristales invisibles la mayor parte del tiempo son el secreto que tratamos de desvelar en cada escena, en cada trozo de teatro. Nosotros, los que lo hacemos, somos ese sol que tímido, entre los bastidores de nuestra sensibilidad se asoma, si no hay nubes, para dar luz y forma a lo invisible.


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