Sud Aca Opina

Dispositivos espía

En la serie televisiva Maxwell Smart, el súper agente 86, usaba dispositivos como el teléfono en el zapato que le ayudaban en su trabajo de espiar a la organización Caos.

Hoy, todos los dispositivos electrónicos tienen la capacidad de espiarnos para ingresarnos a la gigantesca base de datos llamada Big data y clasificarnos como consumidores de lo que sea, desde un medicamento para el dolor de cabeza a un vehículo nuevo, pasando por la más amplia variedad de artículos. Estamos viviendo en el Caos.

Basta con que uno mencione a un colega de oficina que le duele la cabeza, para que al poco tiempo, empiece a llegar a nuestro correo y redes sociales, publicidad de tal o cual medicamento, y no solo nos llega una vez, sino que de forma insistente, hasta que por cansancio terminemos comprando lo que sea.

Eso de la privacidad parece ser un concepto arcaico. Aunque no accedamos nunca a las redes sociales y nos resistamos a tener un dispositivo inteligente, alguien nos tomará una foto y nos etiquetará, con lo que automáticamente, aunque no queramos, estaremos en el mundo virtual, y lo peor de todo, para siempre, a menos que le paguemos a una empresa especializada en borrar nuestra huella digital.

Debo haber hecho algún comentario sobre literatura, porque me llegaron ofertas de un portal de venta de libros.

La gama de títulos era amplia; desde “Cómo Hacer Caca En El Trabajo: El Arte De Ir Al Baño En La Oficina” a “La Física de Dios: La Conexión Entre la Física Cuántica, la Conciencia, la Teoría m, el Cielo, la Neurociencia y la Trascendencia”.

Había muchos títulos diferentes tocando los más variados tópicos ¿Cómo algún pez no iba a morder el anzuelo?

Por supuesto, como gusano en el anzuelo, los libros tenían descuento para hacerlos más atrayentes.

Tomé estos 2 títulos como un claro ejemplo de los esfuerzos por idiotizar a la sociedad. La anticultura se está imponiendo. El de la caca era 50% más caro que el relacionado con la conciencia.

Las leyes del mercado están suficientemente estudiadas como para que los vendedores de lo que sea, sepan que la estupidez vende más que la reflexión.

No digo que el hacer caca no sea importante, pero acaso la Física Cuántica no lo es.

Todos necesitamos desconectarnos de la rutina subyugante del día a día, pero lamentablemente se está volviendo normal una desconexión vía un culto a la suprema estupidez.

Basta con observar los desplazamientos en el metro.

¿Cuántos leen un libro en su teléfono inteligente versus los que juegan a matar extraterrestres o comer dulces virtuales?

Personalmente he caído varias veces en la distracción estúpida y estoy seguro de que todos lo hemos hecho, lo malo es cuando esta práctica se vuelve habitual para desplazar al pensamiento o reflexión como métodos para salir de la rutina.

Escuchar música, leer un libro, asistir al teatro, apreciar los movimientos formales de una escultura o una danza, dejar que el arte estimule nuestros sentidos para llevarnos a otras realidades posibles, también es una forma de hacer un paréntesis en la vida diaria.

çQuerámoslo o no, estamos en el sistema, somos parte del sistema, lo importante es, al menos, tratar de sacar provecho de él, y no dejarnos manipular tan fácilmente por un afán de querer ser igual que la masa.

No podemos evitar que la Big data nos espíe.

Aprovechemos las posibilidades a descubrir de la Big Data, hagamos que nuestros teléfonos inteligentes se transformen en un doble agente a nuestro favor.


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