Doce espectáculos de sala integran el núcleo del XXVII Festival de Teatro de Málaga
La vigésimo séptima edición del Festival de Teatro de Málaga conjuga en poco más de un mes todo tipo de tendencias y estilos escénicos, desde la arriesgada y multidisciplinar actualización del Metrópolis de Lang facturada por Teatro Che y Moche hasta el Fedra de Mayorga con Ana Belén y Fran Perea en el reparto, pasando por la faceta de cantante de Hanna Schygulla, la adaptación de los relatos de Pirandello o los musicales.
Del 9 de enero, con el arranque del certamen por las marionetas gigantes de Le Caramantran, hasta el 14 de febrero, cuando el espectáculo interactivo para niños y padres El jardín japonés, de los italianos Teatro di Piazza o d’Occasione, ponga el broche final, pasarán por Málaga doce espectáculos de sala, cuatro acciones de calle y sendos ciclos paralelos dedicados a charlas de autores teatrales y a lecturas dramatizadas. El XXVII Festival conserva el Teatro Cervantes como recinto principal y utilizará el Teatro Echegaray como sala en la que se pondrán en escena tanto espectáculos muy selectos, dirigidos al público especializado, como obras dirigidas al entretenimiento de pequeños y mayores. En el apartado de colaboraciones, el Cervantes ha contado en esta edición con el apoyo del Instituto Municipal del Libro, la UMA y el diario SUR. Las entradas salen esta tarde a la venta en los puntos habituales del Teatro Cervantes. Existen abonos para 7 espectáculos (20% de descuento) y para 4 (15%), siempre que los tickets se adquieran en el mismo punto de venta y en una misma compra.
El delegado de Cultura, Miguel Briones; la directora-gerente del Cervantes, Charo Ema, y el director de Producción del teatro municipal, Miguel Gallego, desgranaron esta mañana en rueda de prensa una programación en la que Días de vino y rosas abre el telón del Cervantes. La adaptación para la escena de la célebre película de Blake Edwards se pondrá en escena el 11 y 12 de enero con Silvia Abascal y Carmelo Gómez interpretando a la pareja que se autodestruye con el alcohol como protagonista. Desde el 15 hasta el 18, el turno es para Fiebre del sábado noche, musical que hila la historia de Toni Manero a través de las canciones de los Bee Gees y de unas coreografías pocas veces vistas en un teatro.
Una de las citas más esperadas es la de la Fedra que Juan Mayorga reescribió con un pie en los antecedentes de Eurípides, Séneca y Racine, y que sostienen Ana Belén y el malagueño Fran Perea. Se representará del 22 al 24 de enero en el Teatro Cervantes, donde poco después (27 y 28, y 29 y 30, respectivamente) se verán el Noviembre de David Mamet con Santiago Ramos como el corrupto presidente de los Estados Unidos y la aclamada teatralización de los cuentos de madurez del gran dramaturgo Luigi Pirandello que dirige Natalia Menéndez con el nombre de Tantas voces.
Metrópolis es algo más que la recreación de la influyente película de Fritz Lang. El 7 de febrero, la compañía Teatro Che y Moche y el Grupo Enigma suben a las tablas un espectáculo multidisciplinar, totalizador y experimental, en el que lo teatral amalgama unas coreografías y partitura escritas para la ocasión. Y las últimas funciones en el Teatro Cervantes (11 al 13 de febrero) son las de Ser o no ser, versión española de la comedia de Lubitsch con la que Amparo Larrañaga y José Luis Gil harán reír al público.
El Echegaray se convierte en esta edición en el segundo escenario del Festival y comienza su andadura con un vanguardista creador. Albert Vidal, “un pensador que se expresa teatralmente”, recorre (15 y 16 de enero) nuestra tradición oral y cantada en Historia de Juan, hijo de un oso. Bossas, rock, chanson, clásica y cabaret hilan el viaje desde la Alemania nazi hasta la actualidad de Mi vida. Una biografía musical (días 22 y 23), recital que nos brindará la oportunidad de escudriñar en la memoria de Hanna Schygulla, la musa de Fassbinder.
El segundo musical del certamen tiene sello malagueño. Do you love me? Un romance con mucho soul (29 y 30) confirma el talento de Laura Insausti y Javito Vela, que protagonizan y escriben un espectáculo lleno de música negra en el que están apoyados por el grupo Free Soul Band. Ya en febrero (5 y 6), The society, de los noruegos Jo Strømgren Kompani, nos permitirá testar la vigencia del teatro independiente escandinavo con una pieza que oscila entre el humor, el absurdo y el horror a través de un lenguaje sin sentido y de una coreográfica puesta en escena. Y el cierre del certamen, también en el Echegaray, acerca las artes escénicas a los más pequeños. El jardín japonés, de los italianos Teatro di Piazza o d’Occasione (13 y 14) es un poético juego interactivo de colores y formas en el que los niños y sus padres construyen imágenes con su tacto.
Calle y actividades paralelas
Marionetas gigantes, bebés en cochecitos motorizados, hombrecillos verdes, y esculturas vivas forman la oferta de Invitados en casa, programa de acciones de calle que sacarán el Festival de Teatro de Málaga de los escenarios cerrados para mezclarlo con los paseantes. Los días 9 y 10 de enero, se pasearán las marionetas de Le Caramantran, los días 13 y 14 Bébé Charli se quitará el chupete para berrear y los personajes con máscaras de dibujos animados de Ecart enseñarán su danza extraña, y finalmente Johan Lorbeer se colgará de las paredes del CAC el 20 y el 21 de enero.
Las actividades paralelas del XXVII Festival de Teatro se completan con el ciclo Letras del Teatro, en el que colabora el Instituto Municipal del Libro y en el que distintos autores españoles charlarán ante el público especializado en el Echegaray, y dos Lecturas Dramáticas, con entrada libre en una actividad que ha tenido el apoyo de la Universidad de Málaga. Letras del Teatro presenta a Paco Mir (11 de enero), Antonio Álamo (19), Laia Ripoll (27) y Aurora Mateos (3 de febrero), dramaturga que comenzará el día siguiente las lecturas dramáticas (con su pieza La fornarina), y a quien seguirá Óscar Romero, que dirigirá el 11 de febrero la lectura de Días de guerra y locura en la vida de Matías Ortega Ruiz, de Julián Sesmero.