Double Bill (III)
En la última crónica nos quedamos en el capítulo de la financiación del proyecto. El Arts Council of England (ACE) es el organismo público más importante del sistema británico con presupuesto autónomo que financia proyectos culturales. Como en todas partes, el sector teatral sufre cada día los recortes que el ACE está adoptando desde hace tiempo. Recientemente por ejemplo, desde la campaña «my theatre matters» el mundo teatral está presionando contra los brutales recortes que está habiendo en los teatros regionales de ciudades pequeñas y medianas. Con una gran campaña de comunicación a la opinión pública, el sector está explicando que ninguno de los grandes actores, productores y directores que tiene este país han empezado en el West End. Todos los grandes de hoy en día, nacieron en los teatros pequeños donde debutaron y tuvieron las primeras oportunidades. De ahí el nombre de la campaña, «mi teatro importa», o sea el de las comunidades pequeñas, el de los barrios. A pesar de las críticas que el ACE recibe debido a los recortes, nadie cuestiona un modelo autónomo, transversal, al margen de los cambios políticos de cada nueva legislatura, etc. En Cataluña, ha habido recientemente un intento de crear un organismo ejecutivo parecido (CoNCA), pero la cosa no ha funcionado y el conseller Mascarell ha optado por el modelo más francés, dejando el CONCA como un órgano asesor sin presupuesto para casi nada.
Pero volvamos a la financiación de nuestro proyecto concreto «A taste of Catalan contemporary theatre». Una de las cosas que nos ha sorprendido es la agilidad y rapidez con que el ACE concede las ayudas. En primer lugar hay que decir que no hay convocatoria, lo que quiere decir que los proyectos se presentan cuando uno considere oportunos, sin esperar a la convocatoria anual de turno. Pero lo que es realmente sorprendente es la rapidez en la respuesta, que no suele ser superior a un mes. Además, el ACE puede indicar a la organización demandante que mejore determinados aspectos que considere flojos del proyecto, dando así la posibilidad de revisar determinados puntos antes de la resolución final. El número de palabras también está limitado, con lo que no se pueden hacer grandes parrafadas. La descripción artística del proyecto ocupa poco espacio, mientras que hay que responder con bastante detalle algunas preguntas de tipo marquetininanas. Sería bueno que tomásemos nota los del sur de algunas cosa de esa metodología, que sin duda, es más moderna.
A parte de la financiación pública, el sistema inglés cuenta con infinidad de organizaciones privadas que aportan capital a proyectos sociales, benéficos, y algunas también a proyectos culturales. Llamamos a la puerta de la Royal Victoria Hall Foundation, Oxford Samuel Beckett Theatre Trust, Mercer’s Company o Unity Theatre. Aquí lo importante es que el proyecto este acorde con las pilares básicos de la charity. En algunos casos no se trata de grandes organizaciones, como el caso del Unity Theatre Trust, una de las históricas fundadas en 1930, que cuando lleve el proyecto en mano a la dirección indicada me encontré con una casa privada en la que me atendió un hombre con el delantal puesto, ¡estaban preparando la comida! Cosas divertidas y un poco misteriosas…